El Tao y el Vacío Creador

"Hay algo sin foma y perfecto
que existía antes de que el universo naciera
Es sereno. Vacío.
Solitario. Inmutable.
Infinito. Eternamente presente.
Es la madre del Universo.
A falta de un nombre mejor...
lo llamo Tao.

Fluye a través de todo,
dentro y fuera de todo,
y al origen de todo retorna.

El Tao es grande
El universo es grande.
La tierra es grande,
El hombre es grande.

El hombre sigue a la tierra.
La tierra sigue al universo.
El universo sigue al Tao.
El Tao se sigue a sí mismo."

Tao-Te-King, cap 25.

viernes, 29 de enero de 2010

Abre los ojos.


Para que en todo “se haga justicia”:

Amigo mio...
Deja que comparta estas palabras desde el amor con el que te amo,
e intenta escucharlas con el amor con el que amas a mi.
No quiero entrar en polémicas contigo
No quiero suponer que uno de los dos esta el lo cierto y el otro equivocado.
Quisiera llegar un día a ese campo del que habla Rumi
más allá de las nociones de correcto e incorrecto,
y allí volverme a encontrar contigo
La verdad es una tierra sin caminos,
y en esta tierra cada uno dibuja el suyo propio,
porque es ley de vida caminar, crecer y dar fruto.
El camino que yo he dibujado se ha cruzado con el camino que tu has dibujado,
y la verdad nos ha dado la oportunidad de compartir lo que hemos aprendido.
Pero para compartir lo que hemos aprendido habrás de aceptar que somos tan iguales como distintos
y que si tienes algo que decirme es porque también yo tengo algo que decirte,
que tu verdad necesita de mi verdad tanto como mi verdad de la tuya,
solo así es posible crecer.
Desde la humildad de una jarra vacía,
no importa las veces que nos hayan llenado,
uno siempre ha de vaciarse para poder volver a contener el amor,
la tarea del aguador no tiene fin.
Amigo mio,
Dices por lo que oigo, que eres un profesional de la verdad
profesionales de la verdad siempre ha habido, y siempre los habrá.
A mi me parece una tarea muy dura, ser un profesional en vez de ser lo que uno es en cada momento:
a veces profesional, a veces ignorante, a veces luminoso, a veces oscuro.
Una vez me encontré con un maestro que me enseño lo siguiente,
desde entonces nunca lo he olvidado:
Que enseñar y hablar de la verdad no quiere decir ser la verdad,
y que un maestro y un enseñante son dos cosas distintas,
el primero es la verdad y no tiene nada que enseñar salvo a si mismo,
no tiene nada que enseñar, nada que defender, y por eso se siente a salvo.
El enseñante, en cambio, vive en constante temor y agitación
de equivocarse...
Es posible que seas un profesional de la verdad, ¿por que voy a dudarlo, y de que me sirve?
Que tengas muchas mas experiencia, conocimiento y sabiduría que yo,
pero se que aun no eres un maestro, tanto como se que yo tampoco lo soy,
lo se porque este maestro me dio la clave,
lo se porque algo en ti y en mi se irrita cuando no hacen caso de lo que tenemos que decir.
Puede que esta irritación sea minúscula, sutilísima, pero existe, y mientras exista
sera un abismo que nos separa de la verdad, o como una sombra que nos quita la paz,
y la alegría de vivir.
Puede que lo que tengas que decirme sea justo lo que necesito oir.
Puede que tu verdad sea justamente la mitad que le falta a la mia, pero si eso es así,
tendrás que acoger en tu pecho mi verdad, y aceptar humildemente, que como yo, estas en el camino, y que me has encontrado tanto para dar como para recibir,
y seguir caminando alegre de haberte encontrado conmigo
Amigo mio, me vienen muchas imágenes a la cabeza
Veo a un niño dejando sin palabras a los sabios del sanedrín
Veo al hombre que fue ese niño maniatado porque los mismos sabios del sanedrín
no pueden contener sus palabras blasfemosas en su corazón y en sus oidos.
¿Quien es este, y que sabe este, no es este el carpintero, hijo de Jose y de María,
un ignorante paleto de una aldea perdida de dios llamada Nazaret?
Veo a Saulo cayendo del caballo,
cegado ante el Amor que le pregunta: "¿por que me persigues?"
"¿Por que me persigues, amigo mio?"
No hace falta perseguirme, yo siempre estoy aquí,
más dentro de ti que tus mismas vísceras.
Que puedes decirle al que es mas Tú que tú mismo?
Yo no soy Jesús, ni el Cristo, ni el Buda, pero dentro de mi Soy el Mismo Espíritu que Tu Eres.
En una ocasión, es un cuento de Gibrán, un ermitaño reunió a todas las parejas de animales para hablarles del amor. Sus gestos y palabras eran sublimes, su tono y voz atronadores, su discursos y argumentaciones irrebatibles...decía la verdad, y no había tacha en sus palabras...
Cuando terminó, la hembra de una de las parejas le pregunto donde estaba la suya, si acaso le esperaba en casa...
Cuando le dijo que no tenía, todos los animales se dieron la vuelta y le dejaron solo.
Amigo mio, no digo que no conozcas los vericuetos de la Vía, las trampas, engaños y dificultades de subir la Escalera Hacia el Cielo,
pero no olvides nunca que esa escalera la has dibujado tú mismo,
y que puede que yo simplemente prefiera quedarme en el valle, y bailar con la gente.
En verdad que puedo reconocer el celo que te anima, tu intención de ser útil, tu afán de servir.
Lo que digo es que si te sientes agitado al intentar servir y ser util,
no vale la pena seguir por ahí.
Lo digo es que si la Verdad te pierde, y la rigidez te impide adptarte a los oidos que tienes frente a ti, a la capacidad de entendimiento que tienes frente a ti,
que si las formas te pierden y dejas de ser compasivo y comprensivo al hablar de la compresión y de la compasión misma, no vale la pena seguir por ahí.
Porque mostrar comprensión y compasión ante un ignorante,
es infinitamente mas verdadero que hablarle sobre el Dharma y sobre el Buda,
desde que el Dharma y el Buda son compasión y comprensión en cada instante.
Amigo mio, me hablo a mi mismo, todo lo que te digo me lo he dicho también a mi.
No tengo mas que decirte ni decirme, asi que déjame despedirme de ti
saludándote como el maestro que ya eres,
no el que crees que eres.
Déjame seguir mi camino, celebrar la vida, y bailar como un niño, que es lo que soy realmente.
Podría quedarme aquí, para escuchar tu verdad, solo para que te sintieras tranquilo,
pero es mejor dejarte a solas con tu agitación
igual que yo me he quedado a solas con la mía.
Porque durante años y años me he creído mi propia historia sobre mi mismo,
mi sueño al respecto de la verdad,
y ahora solo me apetece vivir y respirar, ser uno mas entre tantos, con o sin testigo, y aprender a dejarme en paz.
Este es mi nuevo camino.
Puede que un día, estando en paz conmigo mismo,
puede que un pequeño grupo de reuna en torno a mi,
y me sienta inclinado a compartir mi paz con ellos, y darles consejos.
Pero no me subiré a ningún estrado ni hablaré de ninguna verdad
hasta que no me lo pidan, y no antes de haber encontrado la paz.
Así que atte, amigo mio
Ha sido un privilegio cruzarme contigo en los caminos que dibujamos
en esta tierra sin caminos.
Quisiera que mi senda ahora no tuviera perfiles, como me dijo una amiga, citando a otro amigo de la verdad:


“Allí donde existen los caminos, pierdo mi camino.En el ancho mar, en lo azul del vasto cielo nadie trazó rutas jamás. Las alas de los pájaros y su canto, la llamita de las estrellas, las flores en ronda de las estaciones, ocultan el sendero...”


Pero antes de irme, te dedicare una canción mas,
la improvisaré ahora, como se improvisan todas las cosas que saben a verdad,
surgidas de la nada y a la nada idas, te la cantare cerca del oído, para que las notas y las palabras se queden dentro de ti, mientras sigo mi camino sin lindes:

“Abre los ojos
porque los tienes cerrados.
Abre los ojos y mira
Quien te lo dice.
Yo he abierto los ojos
porque los tenia cerrados.
Los tenia cerrados y soñaba que tenia los ojos abiertos,
y que todos los demás tenían los ojos cerrados,
mientras les decía que abrieran los ojos como yo.
Pero un día una voz me dijo: “abre los ojos”,
y yo le dije que ya tenia los ojos abiertos
y la misma voz me repitió: “abre los ojos”
Así que los abrí...
Y entones descubrí que había tenido los ojos cerrados,
y que había estado soñando que tenia los ojos abiertos.
Y al abrir verdaderamente los ojos
descubrí otra cosa,
descubrí que todos tenían los ojos abiertos y sonreían,
y vi todo lo que me había perdido.
El amor y la belleza de la vida, el sol, el agua, los pájaros, mi piel,
y la dulce sensación de mis lágrimas corriendo por mis mejillas
al abrir los ojos,
y ver lo que hasta entonces, creía haber visto.
Así que abre los ojos, amigo mio,
abre los ojos..."


Namasté.

jueves, 28 de enero de 2010

Lo haría porque te amo...


Que mejor que este cuento para reirnos juntos por última vez del rifi-rafe que nos hemos traído por aqui.
Me lo manda la otra parte de una historia de Amor/dolor que todavia está sanando.
(Gracias por compartir en el Amor que Somos):


HABIA UNA VEZ UNA PEQUEÑA ALMA QUE DIJO A DIOS:¡Ya se quien soy!
Y Dios le contestó: ¡Maravilloso! ¿Quién eres?

La pequeña alma contestó a toda voz. ¡Soy la luz!

Dios sonrió ampliamente: Así es —exclamó. Tú eres la Luz.

La pequeña alma estaba feliz, porque había comprendido lo que todas las almas del reino trataban de entender. ¡Hurra! ¡Esto es fantástico!

Pero poco después ya no le bastó con saber quien era. Sentía cierta inquietud en su interior, porque quería ser lo que era.

Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas: ¡Hola, Dios! Ahora que ya se quien soy, ¿es bueno serlo?

Dios respondió: ¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?

Pues… verás. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente.

Quiero sentir como es ser la luz.

Pero si ya eres la luz — Repitió Dios, sonriendo otra vez.

¡Si, pero quiero saber como se siente serlo! —exclamó la pequeña alma.

Creo que debí imaginármelo —repuso Dios, riendoTú siempre has sido la más aventurera

Y, tras un instante, la expresión de Dios cambio.Pero hay una cuestión…

¿Qué es? preguntó la almita.…

Que no existe otra cosa además de la Luz. No creé otra cosa que lo que tu misma eres. Así, no hay un modo sencillo para que experimentes Quien eres, puesto que no hay nada que no seas.

¿Cómo? —repuso la Pequeña Alma inocente, estaba un poco confundida.

Piénsalo de este modo. Eres como una vela en el sol.Ya estas allá, junto con millones y ga-guillones de otras velas que forman el sol.Y el sol no podría serlo sin ti, porque le faltaría una de sus velas, y así no podría brillar tanto.Pero saber que eres la Luz estando dentro de la Luz… ese es el problema.

Tú eres Dios, ¡ya se te ocurrirá algo!

Dios volvió a sonreír:Ya pensé en algo.Puesto que no puedes sentirte la Luz al estar en ella, te rodearé de oscuridad.

¿Qué es la oscuridad?

Es aquello que tú no eres.

¿Tendré miedo de la oscuridad? —gimió la almita.

Solo si así lo quieres —respondió Dios.A decir verdad, no hay nada que temer, a menos que así lo decidas. Nosotros inventamos todo eso. Fingimos.

¡Ah! —exclamó la pequeña alma, que ya se estaba sintiendo mejor.

Entonces Dios explicó que, para poder experimentar cualquier cosa, se requiere de su opuesto.Ese es un gran don, porque sin el no podrías conocer como es todo lo demás. No podrías saber que es lo caliente sin lo frío, el arriba sin el abajo, lo rápido sin lo lento. No podrías saber que es la izquierda sin la derecha, el acá sin el allá, el ahora sin el después.

Y así —concluyó Dios, al verte envuelta en la oscuridad, no cierres el puño ni alces la voz para maldecirla. Más bien, sé Luz entre las tinieblas, y no te enojes por ello. De ese modo sabrás Quien Eres Realmente, y también los demás lo sabrán. Permite que tu luz brille para que todos sepan que eres alguien muy especial.

¿Quieres decir que está bien que los demás sepan que soy alguien muy especial? — inquirió la Pequeña Alma.

¡Por supuesto! — rió Dios, ¡Esta muy bien! Pero recuerda que “especial” no quiere decir “mejor”. Todos son especiales, cada uno a su modo. Pero hay muchos que no lo recuerdan. Entenderán que está bien que sean especiales sólo cuando tu mismo sepas que está bien ser especial.

¡Fantástico! — exclamó la almita, quien bailaba, reía y daba saltos de felicidad.¡Puedo ser todo lo especial que quiera!

Si, y puedes serlo a partir de ahora mismo — agregó Dios, quien bailaba y saltaba y reía con la pequeña Alma.¿Qué parte de lo especial quieres ser?

¿Qué parte de lo especial? No te entiendo.

Verás… — le explicó Dios: Ser la Luz es ser especial, y eso esta hecho de muchas partes. Ser generoso es ser especial. Ser amable es ser especial. Ser creativo es ser especial. Ser paciente es ser especial. ¿Se te ocurren otros modos de ser especial?

La pequeña Alma quedó en silencio por un instante:¡Se me ocurren muchas formas de ser especial! — Exclamó luego. Es especial ayudar a los demás. Es especial compartir.Y ser amistoso también es ser especial. ¡Ser considerado con los demás es ser especial!¡

Así es! — concordó Dios.Y tú puedes ser todas esas cosas, o cualquier otra parte de lo especial que desees ser, en cualquier momento. Eso significa ser la Luz.

¡Ya se lo que quiero ser! —anunció la Pequeña Alma, muy emocionada.Quiero ser la parte de lo especial llamada “perdonar”. ¿No es especial perdonar?

Oh, si —aseguro Dios. Eso es muy especial.

Entonces, eso quiero ser. Quiero perdonar. Quiero experimentarme a mi misma de ese modo. Bien —dijo Dios. Pero hay algo que debes saber.

La Pequeña Alma comenzaba a impacientarse.Parecía que siempre había complicaciones. ¿De que se trata? —suspiró

No hay nadie a quien perdonar.

¿Nadie? La Pequeña Alma apenas podía creer lo que estaba oyendo.

¡Nadie! —repitió Dios.Todo cuanto hice es perfecto.No hay una sola alma en toda la creación que sea menos perfecta que tu. Mira a tu alrededor.

Entonces la Pequeña Alma se dio cuenta de que se había reunido una gran multitud. De todo largo y ancho, de todos los rincones del Reino, habían venido almas, porque se había corrido la voz de que la Pequeña Alma sostenía una extraordinaria conversación con Dios, y todos querían oír lo que decían. Viendo a las incontables almas reunidas, la almita tuvo que coincidir: nadie parecía ser menos maravilloso, menos magnifico o menos perfecto que ella misma. Tal era el esplendor de las almas reunidas y tan brillante era su Luz, que la Pequeña Alma apenas podía sostener su mirada.

¿A quién perdonar entonces? —preguntó Dios. ¡Oh, creo que esto será muy aburrido! — gruñó la almita. Quería experimentarme como El Que Perdona. Quería saber como es esa parte de lo especial. Y, así, supo como es estar triste.

Pero entonces un Alma amistosa salió de entre la multitud:No te preocupes Pequeña —le dijo. Yo te ayudaré.

¿De verdad? —replicó, con el rostro iluminado.¿Pero que puedes hacer?

Puedo darte a alguien para que lo perdones.

¿Puedes?¡Desde luego! —canturreó el Alma amistosa.Puedo ir a tu siguiente vida y hacer algo para que lo perdones.

Pero… ¿Por qué habrías de hacerlo? —preguntó la Pequeña Alma. Tú que eres un Ser de tan absoluta perfección.Tú que vibras con gran rapidez creando una luz tan brillante que apenas puedo verla.¿Qué podría hacer que frenaras tu vibración hasta que tu luz se hiciera oscura y densa? ¿Qué podrías hacer tú, que eres tan ligera como para bailar en las estrellas y desplazarte por el Reino a la velocidad del pensamiento, entraras a mi vida y te volvieras pesada como para hacer una cosa tan mala?

Es muy fácil —repuso el Alma Amistosa. Lo haría porque te amo.

A la Pequeña Alma le sorprendió la respuesta.

No te asombres — le dijo el Alma Amistosa. Tú hiciste lo mismo por mí. ¿No lo recuerdas? Hemos bailado juntas muchas veces, por eones y eras. Durante todos los tiempos y en muchos lugares hemos jugado juntas. Simplemente no lo recuerdas. Ambas hemos sido todas las cosas. Ya fuimos el Arriba y el Abajo, la Izquierda y la Derecha. Fuimos el Acá y el Allá, el Ahora y el Después, Fuimos lo Masculino y lo Femenino, lo Bueno y lo Malo. Tu y yo Fuimos la victima y el villano. Así, nos hemos reunido muchas veces, la una dando a la otra la oportunidad exacta y perfecta para expresar y experimentar Quienes Somos Realmente. De ese modo —añadió el Alma Amistosa, llegaré a tu próxima vida y seré el “malo”. Haré algo realmente terrible, y entonces podrás experimentarte como El Que Perdona.

¿Que harás? —preguntó la Pequeña Alma, un poco nerviosa. ¿Que puede ser tan terrible?

Oh, ya pensaremos en algo —replicó el Alma amistosa, con un guiño. Segundos después, pareció tornarse muy seria y murmuro:Tienes razón en algo.

¿En qué? —quiso saber la almita.

Tendré que frenar mi vibración y hacerme muy pesada para hacer ese algo no tan bueno. Fingiré que soy alguien muy distinto a quien realmente soy. Por eso te pediré un favor a cambio.

¡Si, lo que quieras — exclamó la Pequeña Alma y comenzó a cantar y bailar. Podré perdonar, podré perdonar!. Pero notó que el Alma Amistosa seguía muy callada. ¿Qué quieres? —le preguntó. ¿Qué puedo hacer por ti?¡Eres todo un ángel por estar dispuesta a hacer tal cosa por mí!

¡Claro que el Alma Amistosa es un ángel! —interrumpió Dios¡Todos lo son! Siempre recuerda eso que solo ángeles envío.

Y así, la Pequeña Alma quiso más que nunca satisfacer la petición del Alma amistosa: ¿Qué puedo hacer por ti? —volvió a preguntar.

En el momento que te golpee y te despedace —repuso el Alma Amistosa. Cuando te haga lo peor que pudieras imaginarte, en ese mismo instante…

¿Que? — interrumpió la Pequeña Alma. ¿Qué…?

El Alma amistosa está aun más seria: Recuerda quien soy realmente.

¡Si, así será! —exclamó el Alma Inocente. ¡Te lo prometo! Siempre te recordaré tal y como te veo aquí y ahora.

Muy bien —repuso el Alma Amistosa, porque pondré tanto empeño en fingir, que olvidaré quien soy. Y si tú no me recuerdas como soy realmente, no podré acordarme durante mucho tiempo. Y si olvido quien soy, incluso tú olvidarás Quien Eres, y las dos estaremos perdidas. Entonces necesitaremos que venga otra alma para que nos recuerde a Ambas Quienes Somos.

¡No, no será así! —prometió otra vez la Pequeña alma.¡Te recordaré! Y te agradeceré por darme ese don, la oportunidad de experimentarme como Quien Soy.

Así acordaron, y La Pequeña Alma fue hacia una nueva vida, emocionada por ser la Luz, que era muy especial, y por ser esa parte de lo especial que se llama Perdonar. Y esperó ansiosamente poder experimentarse como Perdón y agradecer lo que hiciera la otra alma para que fuera posible. En todo momento de esta vida, cada vez que apareció en escena una nueva alma, ya fuera que trajese felicidad o pesar (y especialmente si traía pesar), la Pequeña Alma pensó en lo que Dios le dijo.“Siempre recuerda que no envío mas que ángeles”.


“Fin”


NEALE DONALD WALSCH- Diálogos con Dios



Querida Shanga,
Cualquier sombra o dragón, interno o externo, que aparezca para turbar vuestra paz y descanso, nunca olvideis que es un angel disfrazado, y que su mision no es mas que haceros recordar Quienes Sois Realmente, así como la vuestra es hacerle recordar que no es mas que un ángel.
Fdo.
Alma Amistosa.



A los ojos de Dios todos somos niños.
Todos especiales, pero ninguno "mas " especial que otro.
No lo olvidemos.
Porque si lo olvidamos, olvidamos Quienes Somos.
Namasté.









miércoles, 27 de enero de 2010

Sostener lo Irreal

Me recomiendan algunas voces sabias y prudentes que no debería soltar tacos en los comentarios a los post que me encuentro.
Con dos cojones!.
Supongo que la recomendación no incluye mis posts, pero por si acaso, voy a velar con un prudente beep!, mis salidas de tono... como en la tele, oye!.
Es como en el G.H, la Milá se pone de los nervios porque el Arturín le contesta a la otra con tacos, mientras pasa por alto todas las noñeces y los bua, bua, que mal lo estoy pasando, hay que se me corre el rimel, y España me quiere...manda hue...beep!.
Si hubiera escrito esta entrada antes de ayer, probablemente la habría llamado Lucidez y Corazón. Si la hubiese escrito ayer por la mañana, probablemente la habría llamado Satsang Urbano, y si la hubiese escrito por la tarde, la habría llamado Espiritualmente Incorrecto, o simplemente hasta los...beep!.
Y es que estoy mismamente hasta los co...beep! de tanta ñoñería falsa, de tanto yo soy el que soy,
de tanto aconsejador amatter, empezando por mi, y de tanto si, yo soy el que soy, pero...tengo que, tengo que, tengo que.. (a mi se me clavo en el alma el post de no-dualidad al respecto).
Paso por malos momentos, que obviamente están poniendo sobre el tapete asuntos pendientes, bien, a todo el mundo le pasa, y...?.
Se me vienen muchos reflejos señalando al mismo sitio, allí donde se almacenan las heces, si, ¿y...?
¿Cual es el problema?.
Acaso no tengo un par de ojos para verlo, que encima necesito que me lo señalen...una y otra vez... (como la bebe) mira, mira, pero lo has visto?. Pero mira tú, mira bien, no mejor, mira mejor, mira.
Que tengo dos ojos Cooo!. Y otro más sutil, por si acaso.
Y a lo que parece no soy tonto, ¿no me están poniendo la etiqueta de la lucidez, una y otra vez?
Pues eso, que me sobra lucidez para verlo, reverlo, y requeteverlo...
Pero si hablamos de otra cosa, pues que me lo digan, lo prefiero a los peros, tienes lucidez pero de iluminado nada mono, que eres muy joven, y se te nota lo mucho que te falta... (perdón, que me falta para que?). Lo que es es, lo que yo me creo es lo que yo me creo. Ni me he iluminado ni me voy a iluminar nunca, yo solo he dicho que la iluminación es eterna, y que de ahi todos pillamos cacho. Cuento mis cosillas, y he hecho un mapa-recorrido para amigos, y punto. ¿A que tanto escándalo?
Pero no, me tengo que aguantar los juicios solapados, como quien no quiere la cosa, de los que supuestamente se dejan ser y estar al sol mañanero, como proclama el advaita, solo porque yo si que paso de empezar una labor a la que no llego y que ademas me parece interminable.
Y al final los mismos que suben a los pedastales al Sr. Thaddeus Golas, y su manual de iluminación para holgazanes, te llaman vago e indisciplinado.
¿¿¿Pero he ocultado yo alguna vez que paso de hacer esfuerzos para alcanzar el ser, o la cotidianeidad fluida y deseable???. ¿¿¿He dicho yo alguna vez que pertenezco al club de los méritos, para que me tenga que acojonar si el coronel me quita las medallas???. Que se manifiesten ambos por si mismos, hombre, yo conozco al dedillo mis limitaciones!.
Ademas, como resulta que tampoco oculto mi ego, mis carencias, y mis, como era, ganas de lucirme, a cualquiera que me llame vago a la cara, y no eche a correr antes de haberlo dicho, le rompo todas las muelas.
Sea hombre o mujer, me da igual.
Y no porque tenga apego a mis conquistas, sino porque resulta que tengo problemas de insomnio, porque a esa mente con la cual no me identifico tanto como se cree, se le ha puesto en los hu—beep!, buscar su fuente 24 h sobre 24h, y entre tanto, resulta que no tengo fuerzas para nada. Claro, es que eres un vago. Y si ademas me olvido la luz encendida, o apagar el horno, o las llaves del garaje dentro del coche, entonces es que necesitas disciplina tipo repetir, repetir, repetir, 1-2, 1-2, 1-2, ahrrr!, como los ratones. Pero por favor, si mi novia me tuvo que poner una nota para que cerrara bien la nevera, como la copa de un pino, y ni aun asi, co..beep!.
La cosa me pasa desde niño, y entonces es porque no tengo disciplina. No, vera usted, es porque sencillamente, me cuesta mucho estar presente en los detalles. Es que soy genial, tope creativo, sabe, lucido, pero...suceden pequeños inconvenientes...La gente adora a los genios claro, mientras ni tenga que soportar sus despistes, sus prontos, y otras cosas...
Yo soy lo suficientemente humilde como para aceptarme también así, porque si me juzgo según los estatutos de un monasterio zen, pues estaba apañado!!
Pero vivo en un piso, no en un monasterio. De momento. Por cierto, que ya viví en una comunidad religiosa casi tres años. Se de que pata cojean los cristos. Y cuales son sus bondades.
Y hago lo que puedo con convivir. ¿¿¿Regulin???. Puede, pero con-vivo, o lo intento, sobre todo con-migo-mismo.
Y desde luego paso de vivir según el ideal de estar despierto y atento a cada detalle. Faltaría mas, que stress co..beep!.
En cierta ocasión pasé por una comunidad que dirigía un tipo que se creia Gurdujieff segunda parte, y se pueden imaginar a que sitio acabe mandando los stops, y el control de carajo, perdón, del ca..beep!.
Resumiendo, y para ir al meollo:
Si resulta que las circunstancias se alían para ponérmelo todo de vez, toda esa oscuridad que algunos se creen que tengo algún problema en respirar (si yo contara el tiempo que llevo respirando las oscuridades y supra-oscuridades) e integrar, pues ¿que le voy a hacer, más que mirarlo?.
¿Te has pasado, Agustín, por las cabañas de oscuridad de Emilio Fiel?. Yo 2 veces. 4 y 7 dias, en total oscuridad, un habitáculo de 2x2 m, sin referencias, se come una vez al dia, no sabes cuando, pierdes el norte, claro. Eres oscuridad en pura esencia, y eres lo que viene después...si viene. Allí si que respiras y requeterespiras, recapitulas y requeterecapitulas hasta que se te salen las esencias por los poros...eso por no hablar de los temazcales, cantos, caminatas sobre el fuego, y otras prácticas chamánicas, todas para respirar y controlar lo que te está dirigiendo desde las tripas. Todo para integrar el subconsciente. ¿Mérito por tales hazañas, despues de todo?. 0, ninguno, no hay mérito.
Mi hija y su madre viven en su comunidad. Tengo acceso a todos los trabajos respiratorios, energéticos y recapitulatorios que me plazca. Y te aseguro que si con alguien respiras la oscuridad, en estado puro, es con Miyo. De momento no necesito mas. Llevo mi propia cabaña de oscuridad dentro de mi.
Así que si a mi señora madre se le pone ponerme un pleito porque se cree la madre de mi hija, y no su abuela, si se quiere saltar a la torera que es abuela porque yo la he hecho abuela, si la ex me cuelga en un comentario en mi post que de iluminado nada nene, que yo te conozco bien, y la tierra, la tierra, las raices, las raices, el pecunio, el pecunio... pues ¿que le voy a hacer sino respirarlo y mirarlo?.
Si mi estilo de hacer espiritualidad, es airear mis cosas con ecuanimidad, con luces y sombras, no es espiritualmente correcto, ¿que le voy a a hacer, sino respirarlo y mirarlo?
Si mi lucidez y mi corazón funcionan a turnos y no en tandem, ¿ que le voy a hacer sino respirarlo y mirarlo?
Si me siento en una encrucijada entre lo que yo considero honestidad y el sentido practico de ganarse el pan, ¿que voy a hacer sino respirarlo y mirarlo?
Y si mi cotidianeidad, a día de hoy , es esta, en vez del ajetreo de los buses, los coches, la oficina, el mercado, ¿que le voy a hacer sino respirarlo y mirarlo?.
He dejado tres trabajos en dos semanas por considerarlos deshonestos.
Mañana tengo otra entrevista, jardinería, vamos a ver que pasa.
Me muero por trabajar, mas para darle a mi mente un descanso, que por la necesidad material, que la tengo, y mucha.
No soy de la generacion ni-ni.
Mi único ni-ni desde que nací es que a mi ni me secuestra ni me abusa nadie.
Si fuera tan vago no me habría ido a Francia a recoger manzanas tres semanas por 300 cochinos euros, quitando los gastos de comida y viaje. Me conozco trabajando. Y puedo ser hasta odiosamente puntilloso y compulsivo. Los únicos que llenaban mas palots de manzanas que yo eran los africanos, que me ganan en sangre. Se me ha puesto el sol cientos de veces entrenando, estudiando, leyendo, devorando libros, dejando perfectos los jardines, me han dado las tantas haciendo masajes, me he dejado los cuernos y el rabo en cosas, proyectos y lugares que me deberían importar menos que un co...beep!, solo porque me inculcaron el mensaje de que si no demuestras lo que vales no vales. No jo..beep!, hombre!
Si me he vuelto un holgazán es porque me conozco el percal de las medallas, y sencillamente paso.
No estoy por la labor de seguir sosteniendo lo irreal.
Esta mañana una charla circunstancial con mi chica sobre un viaje de trabajo me ha dado el título del post. Le he pedido permiso para usar el nombre y la esencia de su, no mi, insight.
La energía que destinamos en nuestra vida a sostener lo irreal es proporcional a la energía que necesitamos para que lo real se nos pueda volver a revelar.
Estamos en el 2010, a menos de tres años del vórtice y cambio energético mas impresionante que ha vivido este planeta desde los últimos 26000 años. Sostener lo irreal en semejante coyuntura cada vez cuesta mas. Se hace algo imposible. Entender esto significa relajarse.
Y cuando hablo de sostener lo irreal no me refiero solo al tema material, a la relación con el poder, el dinero, a la supervivencia, a la crisis económica, al apego en las relaciones, al instinto de posesión, al fuego, a los cinco elementos, al ego, o a cualquiera que sea la forma en la que se manifieste. Cuando hablo de sostener lo irreal, dentro del mismo contexto espiritual, hablo del personajillo ese que todavía se quiere colgar la medalla de algo.
Hablo de sostener la absurda pretensión de que podemos hacer o dejar de hacer algo por la realidad, mas allá de aceptarla. Aceptar la realidad no significa resignarse, significa aceptar que es lo que está pasando en nuestro interior, con respecto a lo que nos pasa en el exterior, verlo, y aceptarlo antes de querer cambiarlo. Sostener lo irreal significa querer cambiar ese algo que juzgamos de malo, egoico e irreal, antes de aceptarlo. Significa querer ser diferente a lo que eres en este mismo instante.
Sostener lo irreal también significa justificarse en comprensiones ajenas, y en realizaciones que no son nuestras. Sostener lo irreal significa si, yo soy eso, pero....
Sostener lo irreal es no tener claro que el merito o demérito de lo que nos pasa no es nuestro, y que no pasa absolutamente nada con nada.
Sostener lo irreal sigue siendo comprometerse, implicarse, mojarse, antes de haber comprendido que aquí el único que se compromete, que se implica , que se moja es dios, y su gracia actuando en nuestro interior.
Sostener lo irreal significa querer o pretender arreglar el tema de los opuestos, o de las raíces, o del dinero, o cualquier otro, antes de haberse rendido a esto es lo que soy, aquí, ahora, en este instante.
Sostener lo irreal es sentir la más mínima agitación a la hora de querer ayudar a alguien, o de la forma en la que nosotros mismos queremos ayudarnos.
Sostener lo irreal significa plantarse en el yo soy tanto como en el yo no soy.
Sostener lo irreal es querer saber quien eres cuando lo que eres lo eres, lo sepas o no.
Sostener lo irreal es plantarse en un círculo, o en una reunión, y tener que hacer el mas mínimo esfuerzo para que las piezas encajen.
Sostener lo irreal es llenarse la boca con el ser, el amor impersonal, la consciencia global, y el co..beep! de su madre, y dejar de ser amor, y ser consciente al “intentar” llevar eso al mundo.
Sostener lo irreal es seguir justificándome, ante unos y otros, cuando lo que soy es perfecto en cada instante.
Hace casi dos años me hice el camino de santiago primitivo. 300 kms de caminata por entre montañas y bosques preciosos, pero durísimos.
No quería ir, no me tocaba, no era el momento, lo hice para acompañar a una amiga, con la que me traía un rollo de verano, y porque tenia que ser un macho man. Lo hice sin dinero, sin recursos, y las pase a males. Lo hice, pero no disfrute nada. Me pase la mitad del camino cabreado como un mono, porque la chica, que para mas inri, no era mi novia, no me prestaba atención, porque echaba de menos a mi novia, y porque en realidad no me apetecía un co..beep! de su madre.
Camine como un poseso, y mientras caminaba iba limando cosas en mi interior. Llego un momento en el que conecté con el peso interno, la mochila interior.
Desde que conecte con ella, mi único deseo era llegar a santiago para quemarla.
Deshacerme del peso.
Al llegar me deshice en llantos, pero no lo hice, y he seguido haciendo el gi..beep!, por un par de años más.
Hace mas o menos un año que estoy descansando del peso del protagonismo, mirando y mirando, y mirando.
Encarado día y noche con la parte de mi que aun esta sosteniendo el mundo a su espalda.
E invitándola a soltarla.
He soltado muchas, muchas cosas, y espero soltar alguna mas.
Y por eso, no me gusta que me digan lo que he de hacer para ser o no ser yo mismo.
Yo mismo lo he sido desde siempre, con mi..beep! en los calzones, o con el culito todo limpio.
Por eso espero que cada cual también haga su parte.
Y que se mire en sus propias intimidades.
Porque todos tenemos un mundo en la espalda.
Que no soltamos ni a tiros...
Sostener este mundo de creencias y conceptos es sostener lo irreal, y lleva un precio que es y será cada vez mas elevado.
Así que, como dice el buda, que cada cual que limpie su propia casa.
O deje que lo real la limpie según la gracia disponible en cada momento.
Pido perdón por las incursiones que haya podido cometer en casa ajena.
Y me retiro por unos tiempos del toma y daca “iluminado”.
Escribiré de lo que me siga dando la gana, por supuesto.
Y pasearé cuando me siga dando la gana también.
Airearé mis fuegos como y de la forma que pueda.
Y mis aguas también.
Escribiré porque se bien que con mi forma de ser y de expresarme, por rara que sea, se equilibra la balanza del cosmos.
Escribiré porque para mi escribir es tan fácil como comer churros con chocolate.
Escribiré, pero de otra forma, seguro, y de otras cosas tambien.
Porque estoy hasta los co..beep! de abstractos y solemnidades.
Mas ligero, mas liviano, sin nada realmente serio a lo que darle importancia.
Sin sostener lo irreal, lo irreal en mi, y ese esfuerzo hercúleo que cada vez es mas difícil sostener, tanto para el banquero como para el janni, tanto para la hormiga como para la cigarra.
Y por lo que ha habido hasta ahora, tiros o abrazos, a todos y por todo, gracias.
Pero si alguien me vuelve a llamar vago o deshonesto, sea hombre o mujer, que se prepare a correr. Me pueden llamar loco, hijo pu..beep!, ca..beep!, lo que quieran, y me quedare como quien oye llover, pero no vago, ni deshonesto.
No soy bueno pegando, pero con las palabras y los puntos flacos tengo mas precisión que un monje zen tirando al arco, y como vivo de cara y no de espaldas a mi ego...en fin, mejor no probarlo.
Tengo testigos a manta.
Un abrazo a tod@s.

domingo, 24 de enero de 2010

La Vía y "los quehaceres espirituales".

Hoy voy a permitirme soltar libremente al adolescente espiritual que soy, también, entre otras cosas, y cometer el pecado de herejía.
Lo cometo porque lo necesito, y porque me sale de las tripas.
O del coño, como diría la Tati.
Pero me convertiré en un hereje con gusto, porque sin la herejía, definitivamente, la espiritualidad se convertiría siempre en religión, y acabaría divorciándose de la realidad de todos los días, y los santos del sanedrín seguirían monopolizando el camino a casa, obstaculizando la creatividad con la que el ser espontánea y libremente se manifiesta en el mundo.
Entre los numerosos textos de los maestros más renombrados de la filosofía advaita que se pueden encontrar en los diferentes blogs, pocos son los que, a mi juicio, hablan del círculo completo de la sabiduría.
Casi todos los textos hablan del camino de ida, no del de vuelta, que es el que completa el círculo.
Esto es de lo mas normal, ya que la mayor parte de la enseñanza se enfoca a realizar la naturaleza original. A partir de aquí poco hay que decir, ningun sitio al que guiar, ya que la naturaleza original se expresa de una forma espontánea en el mundo.
Y aquí entra la herejía. A mi modo de ver, la limitación de la versión india o hindú del enfoque advaita es que poco o nada habla del camino de vuelta.
Todas las directrices se encaminan hacia el reconocimiento de lo que somos y hacia la desidentificación de lo que no somos. El yo soy ....y el yo no soy ...
Esta diferenciación, necesaria en las primeras etapas del camino, en vez de ayudar en la buscada inmersión en el silencio, en el vacío a-conceptual, donde se exime realmente toda dualidad, puede mantenernos alejados de ella.
Es por esto que para algunas personas, entre las cuales me incluyo, las indicaciones del maestro, si nos quedamos mirando el dedo, en vez de la luna, solo sirven para prolongar una dicotomía interna entre el donde estoy en realidad, y el donde debería estar, porque claro, yo soy eso, esto es una ilusión, y toda la pesca.
Esta dicotomía entre donde estamos y donde creemos que deberíamos estar, creada por la división conceptual entre Ilusión/realidad de la que “supuestamente” prescinde el vedanta, es lo que hace que la gente se atrinchere en supuestos no dualistas que dificilmente pueden ser integrados en la realidad del momento, donde puede haber una emoción terrible, un mal pensamiento, difícil de digerir, etc, etc... y que no es completamente aceptado y liberado en la completa aceptación de lo que pasa, en virtud a no se que aprehensión intelectual de la realidad, o una creencia vestida de hecho de no soy eso, antes de que llegue la verdadera experiencia de no soy eso.
Que nadie se pierda.
La desidentificación, si no ha pasado previamente por una aceptación y entrega completa de lo que esta pasando, no es real, y se convierte en una forma de escurrir el bulto, y de huir eternamente de las zonas oscuras que van emergiendo espontáneamente conforme vamos profundizando en el camino espiritual.
De esta forma, se ve a mucha gente (y me incluyo entre ellos) citando a maestros, repitiendo verdades como templos, pero no integrándolas en su realidad, comentando textos, y dándose palmaditas y más palmaditas en la espalda, afirmando la verdad del yo soy eso, y negando la ilusión del no soy eso, a ver cuando me doy cuenta, y tal, y siguiendo pasando por alto la verdad del momento.
Y si a este baile le añadimos esporádicas o prolongadas incursiones en el vacío no conceptual, pero no estabilizadas en el tiempo (si, si, en el tiempo!), la suma puede dar como resultado un apego sutil e invisible a lo que soy en realidad, negando la posibilidad de reconocer esa realidad en la ilusión de lo que no soy, a saber, este cuerpo-mente, estas sensaciones, estas emociones, estos pensamientos.
Lo que no se suele decir, o simplemente obviar, en el marco del vedanta, es que la realidad vacía y a-conceptual se expresa natural y espontáneamente a sí misma a través de vehículos, o medios hábiles, antes, mientras y después de nuestro despertar, por lo que es más que conveniente llegar o salir de este despertar lo mas desapegados posible, y si es del mismo vacío de conceptos, mejor que mejor.
Mejor porque el camino continua, y porque quedar varados en el vacío sin aceptar que este se manifiesta espontáneamente a través de la mente y del cuerpo, puede ser mas que peor que quedarse varado en el mundo del pensamiento.
Y ahí es donde el vedanta, según mi insignificante punto de vista, cojea, y de todas las patas.
Allí donde el zen o el taoísmo, o el tantra incluso, pueden seguir tranquilamente su camino de regreso al mundo, porque nunca renunciaron a él como manifestación de la realidad, al vedanta le cuesta el cielo y la madre completar el círculo, y llegar a la verdad del momento, porque sencillamente se ha quedado varado en la fuente de la eseidad.
Fuente que naturalmente emana en la misma verdad del momento, manifestándose de infinitas e inagotables maneras.
Puede hacerlo, pero solo si el acólito llega verdaderamente al verdadero vacío a-conceptual, cosa que no es fácil, sencillamente, porque la filosofía vedanta está llena hasta los topes de conceptos, heredados de la conceptología hindú, sobre el sí mismo, el jiva, el vichara, el atman, y la madre que le parió.
Si a eso le añadimos nuestra herencia filosófica-psicológica-conceptual occidental o grecolatina sobre dios, el ser, la psique, el ego, y tarachín-tarachán, pues quien coño va a llegar al verdadero vacío, vacío del mismo vacío?.
Llegar se puede llegar, pero, y esto lo aseguro, no antes de haber mandado al diablo todos esos conceptos, empezando por el si mismo.
La pregunta quien soy yo solo funciona como arma arrojadiza que nos empuja de bruces al silencio. Todos los maestros saben que no tiene respuesta, por eso no la esperan. Lo único que esperan es que se caiga el coco del cocotero y se parta en dos.
Sin embargo, no son pocos los que la buscan, o se creen que la respuesta es repetir mentalmente, o incluso sin pensar, yo soy, yo soy, yo soy...so hum, so hum, so hum, en la manera de palmaditas en la espalda, auto-afirmaciones sin término, o de cualquier otra forma, como si el auto-convencimiento nos fuera a llevar a algún sitio más allá de donde estamos ahora mismo.
El ahora mismo es la verdadera entrada al sí mismo, porque el si mismo se manifiesta en la verdad de cada momento. No está en ningún sitio más, ni en el vacío ni en el no vacío.
Esta aquí mismo, y eso es todo lo que hay.
La iluminación es todo lo que hay.
De principio a fin, desde que nacemos hasta que morimos, antes de nacer y después de morir, somos perfectos solo en virtud a que la iluminación es todo lo que hay.
Por el mismo motivo nada de lo que hacemos, o no hacemos, con consciencia o sin ella, o mejor dicho, con conocimiento o sin él, puede empañar en nada la perfección de lo que somos. La inconsciencia es imposible. La inconsciencia es solo un concepto para definir un sueño fugaz. Un sueño que, en realidad, tampoco existe.
Desde que todo es consciencia, y consciencia es todo lo que existe, no puede existir nada fuera de ella.
La consciencia es un continuum, un sustrato misterioso e indestructible que lo contiene todo, que origina todo, y a la vez es todo lo que existe.
La consciencia es incognoscible porque es una, la consciencia solo es seible.
La consciencia solo puede ser, para conocerse ha de, forzosamente, separarse de si misma, o de crear la ilusión de estar separada de si misma.
Esta separación soñada da lugar a la posibilidad de la experiencia, tanto de la separación, o conocimiento, como de la unidad, o reconocimiento, reabsorción del sueño en la realidad de uno mismo, que es todo.
Uno solo puede ser, no se puede conocer nada, porque cualquier cosa que se pueda conocer ya es una ilusión, y no existe.
Todo lo que puedes ver, no existe, dice Maharaj, no?

Y ahora bajemos a tierra.
En lo que participo en el mandala de blogs de filiación más o menos advaita, o supuestamente advaita, he podido reconocer la perfección de la iluminación, y del presente, en muy distintas etapas, soñadas todas, de si misma hacia si misma.
Aquí no hay gente que se identifica con la forma, como en la mayor parte de la sociedad, pero si bastante gente que aun se identifica con el pensamiento del vacío, o del pensamiento de la iluminación, e incluso, con el mismo vacío de pensamiento.
La identificación crea apego inevitablemente, y el apego nos impide avanzar en el camino de la liberación.
Los foros que se crean en todo encuentro, en todo compartir en grupo, sean virtuales o físicos, ayudan a despejar estas identificaciones, pero también a alimentarlas por los siglos de los siglos amén.
Desde la lucidez o madurez espiritual, entendida esta como un desapego experimentado, aprehendido y sostenido en el tiempo (si, si, en el tiempo) de todas estas identificaciones, todas estas identificaciones, mas que una ilusión, son vistas como parte del proceso mismo, como parte necesaria del camino para llegar a la posterior desidentificación.
Al igual que en las etapas de la vida, el lactante, el niño, el adolescente, el joven, el adulto, el maduro, o el viejo, necesitan identificarse totalmente con su presente para, en el momento adecuado, poder desidentificarse, e ir mas allá. Después de unas cuantas desidentificaciones llega un momento en el que la serenidad y la fluidez le ganan la partida a la pasión y el apego, y uno se va haciendo literalmente más y más libre. Es decir, siendo más y más verdaderamente uno mismo.
Libre en hechos, no solo en sentimientos, pensamientos, sensaciones y emociones.
Pero para esto, es necesario agotar, una por una, las etapas en las que se va manifestando la Vía.
La Vía, entendida esta como el Tao, o sustrato a la par que manifestación de la Realidad, es pura y vacía en esencia, y precisamente por eso, sus formas y posibilidades de manifestación son infinitas, y no se agotan nunca.
En esencia la Vía es vacío libre de conceptos y creencias.
Precisamente por eso, manifestada, la Vía es sencillamente cualquier cosa.
Empezando por la forma o ilusión que tanto se denigra entre los iniciados en el camino del desapego.
La Vía es forma, y también pensamiento.
La Vía es no forma y también no pensamiento.
La Vía es forma y no forma, pensamiento y no pensamiento.
Desde que la Vía es todo, todas las etapas del camino son perfectas, de principio a fin.
Nada tiene de más elevado el intelectual que enseña sobre la iluminación conceptual, que el adolescente que se gasta todo su dinero en tunear su coche y llevarse a la chica mas friki.
Nada tiene de más elevado el que ha realizado el vacío conceptual, que el que aun deriva en el océano sin fin del pensamiento.
Nada tiene de mas elevado el que ha realizado su verdadera naturaleza, que el “supuestamente”que vive de espaldas a ella.
Nada tiene una cosa mas elevada que otra, desde que todas los seres, y las cosas son la Vía.
La única diferencia es la nitidez del reflejo, el apego o el desapego a las formas en las que se manifiesta.
La única diferencia entre el no-iluminado y el iluminado, es que mientras uno siempre usa una copa para calmar su sed, el otro bebe directamente sin recipiente, porque ha encontrado la fuente en si mismo y en todas las cosas.
Que uno vaya siempre a la misma fuente, o use la misma copa, o cambie de copa, o se nutra directamente de todas las copas, o no necesite ya copas para calmar su sed, o no tenga ya sed, en nada le importa a la Vía, desde que la Vía son todas estas cosas.
Todas las etapas de, no digo hacia sino de la iluminación son la iluminación misma.
La belleza de todas ellas es la misma. Solo la forma cambia.
Es propio de la naturaleza emocional humana vivir lo que pasa en el presente como si fuera la única cosa que existe.
Y es propio de la naturaleza mental vivir fuera de este presente, interpretar los hechos, y elaborar explicaciones de todo tipo. Ambos movimientos son complementarios, y genuinos, desde que también son parte de la Via.
Sin embargo la Vía no se agota ni remotamente ni en las emociones ni en el pensamiento.
Cuando llega el vacío del pensamiento, el vacío de emoción, el vacío de conceptos y el vacío de toda manifestación, parece, pero solo parece, que hemos alcanzado el quicio de la Vía.
Pero en realidad, solo hemos “alcanzado” otro aspecto de la Vía, la naturaleza vacía de la Vía.
Alcanzar es un término inventado, puesto que sólo la Via se alcanza a si misma. No hay nadie allí para alcanzar nada.
Que hayamos “alcanzado” la naturaleza vacía de la Vía no significa nada en absoluto.
El aspecto vacío ha de estabilizarse por si mismo, y la eseidad, o sensación de ser, pasar el tiempo (si, si, el tiempo) suficiente absorta en su misma fuente como para que la ilusión sostenida de separación, o identidad separada, pueda realmente disolverse en si misma.
Después de está estabilización, puede que nos sintamos iluminados, o puede que no.
La sensación es y será siempre, de que nada tiene la mas mínima importancia, empezando por nosotros mismos. Un suceso más que se manifiesta (el nacimiento del cuerpo-mente y sus funciones, un suceso mas que pasa (la vida de este cuerpo-mente y sus funciones) , un suceso mas que desparece (la muerte de este cuerpo-mente y sus funciones).
Una vez que la eseidad o sensación de ser retorna a su fuente, y se estabiliza en elle, ya nada puede tomarse personalmente. El yo no existe. Solo existe Eso. Lo cual no quiere decir que las funciones fisiológicas del yo, e incluso algunas psicológicas, las necesarias para la supervivencia del vehículo o soporte mental y físico se supriman.
Pero esencialmente la noción de yo no puede mantenerse. Se mantiene solo funcionalmente.
La Vía misma la mantiene, porque el proceso de iluminación sigue su curso.
La Vía no se detiene en la pura contemplación de su aspecto vacío, o esencia.
De alguna misteriosa forma el aspecto manifestado de la Vía llama al aspecto vacío de la la Vía, y viceversa, hasta que ambos se encuentran.
Este encuentro también es ficticio, porque la Vía nunca ha estado realmente incompleta, la Vía no esta ni vacía ni llena, es el aspecto manifestado en el ser humano el que se reconoce en cada aspecto en que la Vía se manifiesta, espontáneamente.
Cuando el hombre, perdón, el ser humano, realiza la Vía dentro y fuera de si mismo, todo fluye.
El abandono aquí es completo, sin resistencias, y la verdad se reconoce en todas las cosas. Todas las cosas son Eso.
Cuando todas las cosas se reconocen como verdad, se vive en la verdad del momento.
Con la verdad del momento llega el descanso en el no-hacer.
No-hacer significa la acción y la actitud correcta, momento a momento, porque ya nadie actúa, es la Vía la que actúa en cada momento.
No-hacer significa la libre expresión de la naturaleza vacía de la Vía conforme ella quiera.
Significa la verdad esencial expresada en la verdad funcional de cada momento, momento a momento.
Llegar a este punto no es mas elevado que nacer, crecer o morir.
No es más elevado que levantarse por la mañana, hacerse un te, ducharse, vestirse, o coger el coche.
No es más elevado que trabajar en cualquier cosa, comer, o dormir.
Es hacer estas cosas libre y espontáneamente, dejando que simplemente sucedan, sin pensar o no pensar en ellas.
Significa actuar natural y espontáneamente, sin sensación de particularidad, o protagonismo.
Es consecuencia natural del proceso.
Solo eso.
Nada especial.
Solo eso.
Nada elevado, nada distinto.
Solo eso.
Y eso es todo lo que hay.
La Vía.
Eso es todo amigos.
Ala, ya pueden llover las piedras...

viernes, 22 de enero de 2010

El mapa del tesoro.


Y como lo prometido es deuda, para un@s y para otr@s, el mapa- brujula prometido:


Antes del antes de la Iluminación*

-El sueño profundo de la consciencia. La consciencia duerme replegada en Sí Misma.
Es el Infundamento, el Sustrato Vacío, la Nada. No hay nadie.

-La consciencia despierta de su sueño, toma consciencia de Si Misma, y Es todo lo que hay.
El Yo Absoluto. Durante eones sin tiempo, la consciencia reposa en la perfecta contemplación silenciosa de Si Misma.

-La consciencia pronuncia el Yo Soy, So Hum, y sale, emana de Si Misma, a través de la vibración primordial (spanda karika) y del sagrado sonido Om.

Antes de la iluminación*

-Sueño con sueños de la consciencia, a través de la auto-expresion y emanación del aspecto Yo Soy.
El Om, o vibración primordial, emana espontáneamente, se expande y crea todas las formas posibles de manifestación, simultáneamente y eternamente, en todas las direcciones del espacio y en los tres tiempos conocidos. Se establecen los patrones geométricos de luz que soportan las dimensiones inferiores de autoexpresión de la consciencia.

-Nacimiento de la individualidad como reflejo de la seicidad de la consciencia individual o centralizada, a través de la ilusión de la dualidad y de la separación.
Drama y guión de la identidad separada y la evolución personal como medio para que la consciencia esencial experimente personal e impersonalmente con todos los aspectos emanados o auto-expresivos de Sí Misma.


Mientras la Iluminación*

-La consciencia individual o centralizada pasa del sueño con sueños al sueño profundo, en plena realidad manifestada. Vacío o vacuidad a-conceptual. No hay nada, ni nadie, en medio de la manifestación. Las cosas aparecen tal y como son. En todo se ve y se reconoce una misma esencia. Nada que decir y nadie que pueda decirlo. Las cosas simplemente suceden, completa y
perfectamente vacías de si mismas.


Después de la Iluminación*

-Vigilia o auto-contemplación de la consciencia en la misma consciencia. La consciencia despierta a Si Misma, y de nuevo Es todo lo que hay, en medio de la realidad manifestada. Seicidad como reflejo de la Fuente del Ser. El Yo Absoluto es reconocido como la fuente de todas las cosas, de toda experiencia, y de toda la manifestación, en plena realidad manifestada.

-El Yo Absoluto se manifiesta simultáneamente en la consciencia individualizada tanto como en toda la realidad manifestada. Nacimiento del jiva-mukti, u organismo cuerpo-mente iluminado por la consciencia esencial o naturaleza original de todas las cosas.


Después del después de la iluminación*

-Unión o identificación completa de la consciencia individual iluminada con la consciencia esencial, o con su misma naturaleza incondicionada. El círculo se cierra, y la iluminación del ser individual alcanza a todos los seres sintientes de la manifestación.
La consciencia individual iluminada del jiva-mukti, o iluminado, se reconoce a si misma como la consciencia esencial de todas las cosas, y completa su viaje en la ilusión del tiempo y del espacio. Fin total de la individualidad, aunque el organismo cuerpo-mente siga con sus funciones naturales.
Todos los estados de la mente y de la consciencia, vigilia, sueño con sueños, y sueño profundo se vuelven hacia su fuente. Todo es lo mismo. La consciencia se unifica completamente en si misma, y vuelve a casa.

-Nacimiento del bodhisattva o mente iluminada cuya esencia es clara como el espacio.
Todas las cosas son reflejadas según aparecen en el espejo de la consciencia tal y como son.
Verdad tal Cual, o verdad de cada momento.
Función correcta, actitud correcta, y acción correcta en cada instante.
Compasión y sabiduría inagotables, como acción y auto-expresión de la mente iluminada.

*NOTA: Todos los tiempos de la iluminación: el antes del antes, el antes, el mientras, el después, y el después del después, suceden simultáneamente y eternamente en un mismo lugar e instante: Aquí y Ahora.
Asi que despierta oh soñador, y contempla lo que siempre eres, lo sepas o no.


Y con esto y un bizcocho, doy por cumplida mi promesa y mis deberes por fin, y sigo con la que hice de no hablar más de abstracciones y solemnidades, salvo exclusivo pedido personal, y solo si no queda mas remedio.
Y paso a dedicarme a tareas mas prosaicas y más cercanas a la realidad de la calle, que ya toca y manda coj....!!
Ya voy puliendo y preparando mi bastón.
Masajeando mis brazos y mi corazón.
He visto por ahi unas cuantas cabezas pelonas que necesitan algún que otro bastonazo, y muchos corazones solitarios que se desangran, suplicando un poco de amor y comprensión.
Para ellos, y para todo el que lo quiera serán mis satsangs urbanos.
Y juro por la sangre de mis ancestros, de todos los budas, y de todos los cracks del hip-hop, que serán implacables y amorosos por igual.
Mi verdad no la callarán ni los santos del sanedrín, ni todos los demonios de Mara aullando juntos a coro.
En lo que exista un solo ser sufriente, mi canción llegará a sus oidos, mis manos a su pecho, y mi amor a su corazón.
He dicho, renuevo mi promesa.
Palabra de bodhisattva.

Gracias a Mª Luisa, de existodesdesiempre.blogspot.com, a pesar de las divergencias, por la enseñanza, los términos prestados, y el reflejo de todas las esquinas.
Sobre todo de las que nunca quieren verse.
En paz y amor...



jueves, 21 de enero de 2010

Los grados de la Iluminación.

Soy consciente que decir lo que voy a decir hoy hará escocer algunas llagas.
No tengo ningún problema con eso. Se bien a quien le escocerá, y por qué, pero no tengo ningún problema con eso.
El problema no-problema de escribir un blog sobre espiritualidad es que el tema atrae a un montón de gente por muy distintos motivos. Y estos distintos motivos, en lo que son motivos, no pueden mas que, a veces, entrar en conflicto. Si el conflicto es vivido como una forma de aprendizaje, que se resuelve en una mayor comprensión y apertura, es estupendo, pero si deriva en posturas cerradas, y atrincheradas en las propias realizaciones y conquistas, solo servirá para endurecer aun mas nuestro punto de vista.
En lo que vagabundeo por distintos blogs “espirituales” he podido reconocer tanto el afán de aprender y compartir, como el de enseñar, incluso el celo de predicar la verdad del “Sí mismo”, desde posturas que considero no completamente iluminadas, en el sentido de abiertas, no forzadas, como sosteniendo algún dogma que no pudiera sostenerse por si mismo, como si la vida no fuera ya de por si una prueba fehaciente y completa no solo de que la iluminación existe, sino de que es completamente inevitable. Estas palabras son de Adyashanti, y las he hecho mías, por la gran verdad que contienen.
Sea como sea, no voy aquí a acusar a nadie con el dedo, porque, inevitablemente, el dedo se torcería milagrosamente hacia mi mismo.
Y tampoco voy a entrar en debates conceptuales de ningún tipo. Solo diré que en el camino del despertar a veces surge una necesidad incontenible de afirmar los propios pasos, a través de la prédica a los demás, necesidad que muchas veces se toma con celo, celo que se puede confundir con la realización definitiva, que en esencia no tiene nada que decir ni demostrar.
Sobra decir que asumo lo que en mi haya de celoso e intransigente en mis propias conquistas, y que no basta con decir que no son mías, hay que sentir ambas cosas al mismo tiempo: el movimiento de la gracia actuando desde lo que creemos ser a lo que es, y a la vez el movimiento de la gracia actuando desde eso que es hacia lo que creemos ser.
En el encuentro de la gracia con la gracia es donde se produce el encuentro y la rendición definitiva de este ser de hecho, y ese creer ser, pero hasta entonces, o mientras tanto, ambos movimientos son necesarios y genuinos.
A menudo, sobre todo en el advaita, llegamos a un punto de intimidad o comprensión tal, que todo lo vivido parece un sueño sin valor. La vida se actualiza de tal forma que pasado y futuro son vistos como una ilusión en la que uno, sencillamente, ya no participa. Uno es, y eso parece ser todo. Pero aún no puede adaptarse, o no consigue encajar en la ilusión del mundo. No puede enseñar nada, porque lo único que hay y existe es uno mismo, reflejado en infinitas formas, y sin embargo, no tiene aun acceso a la verdad del momento que hace posible el adaptarse al grado de consciencia o iluminación que determinada forma refleja en determinado momento.
Pero antes de seguir por aquí, quiero retomar algunos antecedentes.
Es los dos post anteriores he intentando transcribir mi propia experiencia con el mientras del antes, o el antes del mientras de la iluminación.
De nada me sirve explicar a los detractores de la iluminación como proceso (yo mismo también puedo ser el mayor de los detractores de esta idea, dependiendo del caso), que estas palabras son usadas aquí como una herramienta funcional para ayudar a determinadas personas que aun se identifican con el proceso mismo, independientemente de que este sea o no una invención.
Invención o no, maya desplega su hipnosis, y hay antídotos reales no solo para todos los grados de encantamiento, sino específicos para cada uno de ellos.
Si el mientras del antes, o el antes del mientras, tiene como principal característica el desencanto del mundo, y la búsqueda de esa verdad que nos llama desde lo mas profundo de nuestro interior, así como todos los engaños en los que caemos una otra vez creyendo haber alcanzado lo que solo es producto de nuestra imaginación, el mientras del mientras tiene como sabor inconfundible no solo la certeza de que estamos sumergidos hasta las gachas en la naturaleza de la realidad, sino que ya no podemos escapar de ella, hagamos lo que hagamos, incluso negándola o intentando negarla de boca, acción o pensamiento.
Lo esencial de la experiencia del mientras del mientras es la disolución del velo conceptual que nos impide experimentar la realidad tal cual es.
Esta disolución es automática, no forzada, repentina, y no se limita a una experiencia personal, aunque a menudo se inicia en ella. Es como si la experiencia de la disolución también se diluyera, de modo que no hay nada absolutamente que se pueda decir o testimoniar. Ni nadie que pueda hacerlo. El presente del mientras del mientras es el puro silencio, el puro vacío que es la naturaleza esencial y vacía (vacía de todo y de si misma) en la que se origina todo lo que existe.
Nada se puede decir de este mientras en cuanto a que cualquier explicación o intento de dar testimonio de ello es ya una contaminación infinita de lo que es en realidad.
El corazón del mientras es intraducible, y no hay forma ni concepto apropiado para describirlo.
La realidad se muestra en su mas prístino vacío, y nada hay mas que eso.
Vacía en cualquier cosa que hagamos o no, se muestra, y llena de sabor a vacuidad cada experiencia. Las cosas que ocurren sobre este fondo son igualmente prístinas. Y nada empaña su belleza. Todo es perfecto, porque esta vacío.
Y este vacío dota de perfección a todas las formas que percibimos, incluidos a nosotros mismos.
Nada se puede decir.
Nada en absoluto.
La realización del mientras, que es siempre actual, deja un sabor de boca a santa indiferencia, como de ya no importa nada de lo que le pase a este cuerpo, a esta mente, o a este mundo. Se quien soy, y eso es indestructible. Está en todas partes, y no hay nada que quede fuera.
Se siente como el fin del camino. ¿A donde ir, o que buscar?
Maestros y discípulos, buscadores e iluminados caben todos dentro de uno. No hay lucha, no hay separación, no hay nada que obtener ni que abandonar. Nada que rendir, nada que dejar. Todo esta dentro. Soy todo lo que existe.
El "cuelgue" de la revelación de la naturaleza vacía de la realidad puede durar indefinidamente, pero no es, en ningún caso, el fin del proceso.
Uno puede quedarse en silencio, saboreando esta vacío en todas las cosas, deleitándose anónimamente por los siglos de los siglos, pero no es lo que normalmente ocurre. Lo que ocurre después del mientras es ya más traducible, porque implica la acción espontánea a la que la realización del vacío nos lleva.
La fase subsiguiente al silencio sagrado es la fase de la suprema libertad, o lo que Papaji llamaba el Wake-up and Roar. Nietzche diría que el camello se ha convertido en león, y que este, al despertar, ruge con todas sus fuerzas. Pero el león aun no se ha transformado en niño.
Esta fase es fascinante, aunque no definitiva, definitiva en cuanto que la iluminación no se ha completado totalmente.
El circulo no se ha cerrado aún.
Sin embargo, muchos maestros reconocidos se han instalado en esa fase, por voluntad, o porque simplemente así era su misión y su carisma.
La metáfora de este estadio sería la de un león que intenta ayudar a otros leones a que se quiten el disfraz de oveja y descubran lo que son. Hay mucho, infinito poder disponible para esta tarea.
La mirada del león es implacable, y no deja hueco a las dudas o a la incertidumbre, y el fuego del satsang devora cualquier súplica de la mente para no ser destruida.
La libertad aquí es total y absoluta, no en el sentido de yóguico-milagrera, sino en el espacio infinito que se siente, en el ser inalcanzable para cualquier mente, incluso para la más aguda. Aquí la mente no llega, y el león arroja disfraz por disfraz, trampa por trampa, engaño tras engaño al fuego incombustible de la consciencia. Nada escapa a su ojo, porque conoce todo desde dentro.
A todos rasgos, pareciera que acaba aquí la cosa, pero en este punto la iluminación apenas ha empezado su viaje de autodescubrimiento.
El león es solo una manifestación más del silencio, un carisma de la consciencia relacionado con la adolescencia del despertar. Un rugido incontenible e imparable que se extiende en todas direcciones y en todos los tiempos.
Pero no es el último paso, solo uno más de ellos.
El maestro crece también conforme profundiza en el mismo silencio, y su mirada se vuelve más sutil cada vez. Más y más fina.
Tan sutil se vuelve, que el fuego arrollador da paso a una hoguera igualmente incombustible, pero que ya no necesita quemar con el fuego de la verdad a todo lo que se le acerca.
El maestro reconoce en todo la esencia de la iluminación, y poco a poco se crea un espacio inmenso en el que todo tiene cabida. Si un león quiere seguir disfrazado de oveja está bien. Si una oveja se cree un león, también esta bien. Si el camello ruge, bien, si el pájaro ronca, bien, si el pez grazna, bien.
Todo esta bien porque todo es como debe ser.
La fase de la suprema libertad pierde su brillo hasta que por fin desemboca en la pura compasión y el puro reconocimiento de todas las cosas en todas las cosas. La verdad ya no se esgrime como una antorcha que ilumina la oscuridad de la ilusión, la verdad es un hecho incluso en la misma existencia de la ilusión.
Samsara y Nirvana son idénticos.
Entre la naturaleza de Brahmán y el mundo de Maya no hay absolutamente ninguna diferencia.
La verdad deja de ser esencial, para convertirse en la verdad suprema, la verdad del instante, del momento.
La verdad alcanza la categoría suprema de función.
Se convierte en la herramienta perfecta para ayudar a otros en su camino hacia la iluminación.
Se ajusta a cada caso, y es espontáneamente perfecta, libre, vacia de conceptos.
La enseñanza puede ser tanto un garrotazo en la sien, como un abrazo lleno de amor.
El maestro no dice dos cosas iguales y puede decir a la misma pregunta tanto un sí como un no, dependiendo de la necesidad del que escucha.
Solo en apariencia parece contradictorio, cuando en realidad es absolutamente libre.
El perro tiene la naturaleza de Buda.
El perro no tiene la naturaleza de Buda.
Todo lo que dice o hace es para devolver la mente a casa, para vaciar todos los conceptos.
Es el mundo del así simplemente.
La mente clara refleja la verdad de cada instante, como un espejo diáfano refleja el color que tiene delante.
Momento a momento.
El circulo se cierra. La iluminación es completa e irreversible. Comprensiva, compasiva, y perfecta.


Pongo aquí, para concluir, un resumen del capítulo el círculo zen, de la Brújula del zen, del maestro zen coreano Seung Sahn, como esencia de todo lo dicho:

0º. En el inicio del círculo las montañas son montañas y los árboles son árboles, pero no hay realización alguna del vacío. Apego al nombre y a la forma.

90º. Aquí las montañas son árboles y los árboles montañas. Forma es vacío y vacío es forma. Iluminación conceptual. Apego al pensamiento.

180º. Ni árboles ni montañas. Ni forma ni vacío. No pensamiento. Vacio libre de conceptos.
Apego al Vacio.

270º. Un árbol es un pez. Una montaña es un sacapuntas. Forma libre. Vacio libre. Libertad Total. Apego a la Libertad.

360º. Las montañas vuelven a ser montañas, y los árboles árboles.
Forma es forma. Vacío es vacío. No apego al pensamiento.
Verdad tal cual. Todas las cosas son verdad.
Comprensión y compasión absolutas.

Todavía he de decir una cosa más.
Todas estas fases o capas se superponen simultáneamente dentro del holograma de la consciencia.
Por eso la verdad última, la verdad tal cual, es accesible en cualquier lugar y en cualquier momento, y desde ella cualquier manifestación de la consciencia es expresión de la misma verdad.
Gracias por la atención y un abrazo a todos los navegantes.

lunes, 18 de enero de 2010

Sobre las noches oscuras, grises e iluminadas...

Antes de entrar de lleno en el espacio virtual del mientras del mientras de la iluminación, quiero hacer un recorrido, corto y fugaz, por una parada ineludible, no para todos, pero si al menos para la gran mayoría.
Conocida como la noche oscura del alma, el gran terror, la gran tribulación, el descenso a los infiernos, o como se quiera llamarla.
De literatura sobre las noches oscuras andamos sobrados en nuestra mística cristiana.
No quiero por lo tanto ser redundante, así que me limitaré a dar una leve pincelada sobre los distintos tipos de noches.
En primer lugar, desde la perspectiva advaita, solo se puede decir que noche, lo que es noche, no existe, todo el entero viaje o auto-hipnosis del soñador soñado es la noche, noche que deviene dia en el mismo momento en el que despertamos. La creación, el mundo de maya, antes de haber llegado a ese lugar donde ya no hay división entre noche y día, es la noche, el sueño de la consciencia, pero solo para el sueño mismo. Para la consciencia todo es los mismo, porque no existe nada diferente a Si Misma.
Así que forzosamente hollaremos el territorio del sueño, porque fuera de él, no puede haber noche ni dia, no puede haberlos, o mas propiamente dicho, los hay, pero ya vividos sin categorías en un continium de consciencia ininterrumpido.
Noches oscuras del alma hay muchas y para todos los gustos, y aunque todas tengan en común aquello oscuro, estéril e inimaginable, inimaginable hasta que se experimenta, la variedad de la experiencia de la noche es distinta y varía según los condicionamientos del que entra en la noche. Ahora, lo que sale de la noche oscura, eso sí que es lo mismo, aunque conserve aun distintos matices en la superficie, dependiendo de la forma que adopte, el gusto es inconfundible e inequívoco, porque la única labor de la noche es despersonalizarnos hasta un punto sin retorno tal, que el sufrimiento personal devenga absurdo, y el dolor una experiencia mas del río de la vida.
La variante de la noche oscura mas conocida es la noche oscura propiamente dicha.
En realidad la noche no tiene la culpa de ser oscura, la noche es la noche en tanto y cuanto también existe un día, y es absolutamente necesaria en la pulsión y el equilibrio de los ritmos, de los ciclos con los que poco a poco, o de un tirón, vamos deviniendo menos ego inventado, y mas nosotros mismos. De hecho, uno entra en la noche porque el mismo día te empuja a ello, aunque muchas veces se presente sin aviso, como un ladrón que se plantara en tu casa y te desvalijara mientras duermes apaciblemente tu sueño de iluminación, que por muy hermoso que sea, poco o nada tiene que ver con la iluminación misma.
Lo más importante para afrontar debidamente una noche oscura es que no hay ninguna receta para afrontar debidamente una noche oscura.
Al principio, la oscuridad de la noche te subyuga por completo.
Esta oscuridad no es tal, es más por el contraste con el día, de la jocosa alegría, del dulce acontecer de los días que pasaban en volandas del Amado, de los aromas y de los brillos que por todas partes se abrían a la contemplación silenciosa y dichosa de la vida, que por otra cosa.
Sin embargo, cuando llega, parece lo mas real que existe, de forma tal que los días pasados parecieran no haber existido nunca. Y esta es precisamente su función, quitar cualquier referencia y apego que podamos tener a esos días.
La noche oscura no es una entelequia, es una entidad viva que trae consigo muchos acompañantes. Estos acompañantes son necesariamente las emociones que suscitan el levantamiento de capas muy profundas de la consciencia, memorias enquistadas y antiquísimas, y todo un repertorio de monstruos, demonios, fantasmas, y fantasías varias que durante una porción de tiempo considerable nos harán reaccionar con emociones densas y de lo mas variopinto, que irán desde un terror esencial e indescriptible, a proyecciones ya de segunda categoría como el miedo, la ira, la tristeza, la soledad, la rabia o la melancolía. Todo el repertorio de emociones negativas, en todos los grados posibles, harán acto de presencia y provocarán nuestra reacción, y hasta que nos rindamos a la noche que las apadrina, ni recuerdos ni fantasías, ni huidas, ni escapes, ni negaciones aguantarán el embate de la bestia mucho tiempo. Por eso, es necesario saber, como máxima de supervivencia, que cuanto antes y más sinceramente nos rindamos a todas estas cosas, y nos dejemos de recordar o esperar tiempos mejores, tanto mejor.
Del grado de rendición dependerá que la noche clareé repentinamente como el alba, sin mas explicaciones, dejándonos ante una luz y comprensión que lo llena todo, o mas bien, que emana de todo, o que vaya remitiendo en una especie de escala descendente, que va del negro mas negro, pasando por el gris, hasta llegar al blanco mas radiante, donde finalmente comprendemos que la noche era producto de nuestras últimas resistencias a la realidad tal y como es, o simplemente, algo necesario e imprescindible para dar un salto mas en el camino.
Y puesto que no hay fórmulas, a unos les pueden sobrevenir un tipo de noches y a otros otras, y a los mas raros especímenes tocados con la varita de un karma suave y benigno, nada, o apenas una tormentilla.
Sin entrar en extensivos o extenuantes detalles, decir que si lo que mas caracteriza a la fase oscura de la noche es el terror, o el miedo compulsivo a ser tragado por el abismo, lo que más caracteriza a la fase gris de la noche es la desesperación desesperada de un sinsabor, de un tedio y de una monotonía insufribles. Y ciertamente, si a uno le dieran la opción de elegir, uno no sabría con cual quedarse, porque si bien la noche negra es temible, no lo es menos la gris. Y no lo es porque, así como la negritud suele durar poco, debido a la intensidad de lo que despierta en nosotros, la gris, que es mucho menos intensa, pero mucho mas estable, puede extenderse por los siglos de los siglos amen.
La grisicitud es temible no por los demonios, las visiones, o los infiernos que convoca, sino por la ausencia de cualquier sabor, de cualquier rastro de vida, de tal forma, que es eso precisamente lo que hace que la noche sea realmente oscura, oscura propiamente dicha. Su trabajo es erosivo, desgastante, sutil, tenaz, e implacable como ninguno, y persistirá día tras día hasta que por fin aceptemos que ese estado es el que nos toca pasar, y que es todo lo que existe, sin querer cambiarlo, modificarlo, o alterarlo en ningún punto. Es necesario remarcar esto: la noche gris no admite escapismos de ningún tipo, porque simplemente no da lugar a que duren mucho mas tiempo de lo que dura un guiño.
Y he aquí su peligro, al igual que la tortura de la gota de agua que poco a poco se abre paso en el entrecejo hasta llegar a perforarlo, la grisicitud da cabo de nuestra memoria y de nuestra esperanza, de nuestros recuerdos y de nuestras ilusiones, hasta tal punto que ya no tenemos mas remedio que vivir en el presente, en cada momento mismo. Moverse un centímetro hacia el pasado o hacia el futuro significa caer sin remedio sobre una hoja afilada como el sable de un samurai, de modo que la única forma de respirar y mantenerse vivo, es estar en el centro mismo donde la experiencia se sitúa, por dolorosa y terrible que esta sea.
Dado que el sabor de la experiencia del gris es la insipidez de todo lo que experimentamos, la única forma de superar esta experiencia de insipidez, este coma cerebral, este encefalograma plano en el que parece haberse sumido la vida, es entregarse a ella completamente, sin resistencia ni juicio. No es tarea fácil, dado que estamos programados para huir, sobre todo de las cosas que no saben a nada, ni a bueno ni a malo, ni a dulce ni a amargo. Todo nuestro cuerpo físico y nuestro sistema químico y endocrino se muere por un chute de emoción al pil-pil, tanto, que podemos anhelar lo más chungo de la negritud, donde al menos nos sentíamos vivos.
Pero la grisicitud aclara poco a poco, o también, repentinamente, conforme aceptamos también que este desierto es lo que nos toca, y nos entregamos a él.
Flores exóticas y colores extraordinarios nacerán de él, aun cuando todavía nos duela la piel de las llagas, o la cara acartonada de no haber sonreído en lo que nos parecerán siglos, que también se borrarán de un soplo, al amanecer de la luz de nuestro verdadero ser, como si absolutamente nada hubiera sucedido. Nada salvo una indestructible empatía con todas las tonalidades de la experiencia humana que ya nos nos abandonará nunca.
Las comprensiones que vendrán, espontáneas, instantáneas, intraducibles, y a miles, nos retribuirán el ciento por uno del todas estas angustias, porque no emergerán ya de nuestro anhelo de ser, de nuestro deseo de ser, del conocimiento acumulado, ni del pulsar de nuestra propia búsqueda, sino del suave y armónico fluir con todo lo que existe.
Falta decir que puede que haya seres privilegiados cuyo karma, destino o reserva de confianza sea tal que pasen por la noche oscura o gris en un instante, o no desfallezcan aun estando en ella durante el tiempo que dure, pero estas son pocas excepciones. La mayor parte de nosotros no solo pasará una noche oscura o gris en la vida, sino que experimentara toda la secuencia de colores, del negro al blanco, de la ausencia a la presencia, no una vez, sino muchas.
No en vano, morimos cada segundo para vivir y actualizar la experiencia impersonal y constante de la iluminación, que tarde o temprano se nos muestra como lo que es, un hecho infinito e inabarcable del cual no nos podemos sustraer, porque en definitva, es lo que somos.

viernes, 15 de enero de 2010

No, gracias.

Vamos a agitar un poco mas las aguas.
Ayer me hice la promesa de abstenerme de solemnidades.
Hoy tengo otra promesa, pero solo la diré cuando acabe.
Dice Mooji que llega un momento en el que creencias y opiniones, sea se, el feliz mundo de maya, ya no tienen poder para sustraermos.
Uno se sienta en el cine, pero no se confunde con la película, ni con la pantalla.
Y si un personaje te invita a participar en el espectáculo uno solo dice: no gracias, prefiero quedarme aquí sentado, observando.
Las creencias son como piezas de dominó, cada una tiene un número y ese número te lleva a otra y a otra y a otra. A veces hay creencias que encajan y otras que no encajan.
La partida de dominó consiste en liberarse de las piezas, pero es un juego de astucia, de competitividad, para librarse artificialmente de “las creencias” antes que el oponente.
Todos los debates espirituales y filosóficos, sociales, políticos, económicos, todos los discursos mentales y rifi-rafes emocionales son partidas de dominó a una u otra escala.
No hay diferencia alguna entre el que pierde y el que gana, porque todos y cada uno de los movimientos están condicionados por el anterior.
La victoria o la derrota son falsas, y no hay nadie que se libere de creencia alguna jugando de esta forma.
Hoy voy a proponer un juego diferente al que todo el mundo ha jugado.
Se llama pon las fichas de domino en fila india, una detrás de otra, sin importarte de que número calcen, y derriba la primera, a ver que pasa...

Hace bastante tiempo que un buen día me quedé rezagado y me agoté de la carrera esta de la vida, me senté en la calle, allí donde me pilló, y me planté agotado de tanta partida falsa. Si, eso que se llama memoria y que a veces funciona y a veces no, me dice que era un buen jugador, me creía de los mejores, y eso... je.
Me senté simplemente porque necesitaba sentarme y descansar, y allí llevo desde entonces.
Al principio la gente te ignora, porque todo el mundo tiene derecho a pararse de vez en cuando.
Después, cuando pasados los meses se dan cuenta de que sigues allí plantado, es cuando empiezan a preocuparse, y se abre entonces la veda de los yo se lo que te hace falta, de los deberías de, hazlo por..., o de los aun peores te entiendo perfectamente.
Pero nadie te entiende una carajo. Es imposible que lo hagan.
Ademas, tú no le has pedido a nadie que lo haga, no estas allí para ser entendido, estas allí para descansar de todo y de todos, en especial de ti mismo.
Lo increíble es que no puedes hacer nada, una vez que la gente se auto-convence de que necesitas ayuda, un médico, o la bofetada que no te dieron cuando eras niño, la lluvia de creencias que te cae encima es imparable.
Las apuestas y los auto-convencimientos se disputan el gran premio de quien conseguirá finalmente convencerte, y aunque al principio te aplicas con ahínco a la tarea de explicar que solo y simplemente estas descansado y observando lo que pasa, la gran bola de nieve no se detiene.
Llega también la hora en la que desistes de explicar nada, apartas la mirada y miras al sol, o la luna, hasta que se te caen las lágrimas. Miras durante horas porque ves a gente por ahí, porque te encantan las luces, que también te observan, y porque llega un momento en el que la danza del observador y observado es tal deliciosa, que ni tu mismo te la intentas explicar.
Tu disfrute esquizoide irrita mucho más a la gente, que frustrada de no haber ganado el bote de la tómbola, empieza a increparte, o a darte por perdido. El impulso de ayuda que parecía amor, se vuelve ahora tormenta y oleaje. Todo son increpaciones, fruncidas de ceño, o meneos de cabeza, que para ti se confunden con los ruidos y los movimientos de los coches, de las hojas, del humo, de las nubes, y de las flores.
Te llueven proyecciones de los cuatro cantos del cosmos, y hasta los demonios y los ángeles se te pegan para ver quien se te llevará finalmente. El combate por ti deja de ser humano para ser un asunto mas metafísico, o como lo llamen. La cosa no te preocupa en exceso porque desde niño que la gente extremista te busca para reclutarte en su bando, y se pegan a ti como las abejas a la miel, o las moscas a la mierda.
Saben que llevas amor puro en el corazón, amor sin apego, y lo quieren para ellos solos.
Pasado el tiempo, ángeles y demonios empiezan a aburrirse y también se marchan, no antes de haberte condenado al infierno o al paraíso respectivamente.
Después de los combates metafísicos llega una cierta calma, hasta que de repente, de nuevo te vuelves a ver en el mundo, sentado en la calle, con la gente echándote monedas a los pies.
Pero si yo solo estoy descansado y observando... y te dicen que llevas ahí años, y que por lo tanto debes de ser un mendigo, o un farsante.
Como ya sabes lo inútil de decir nada, dejas que te sigan echando monedas, o que te pongan mala cara. Todavía de vez en cuando alguna alma cándida se acerca para contactar contigo y decirte que te ama, que no estas solo.
Al principio, debido a los residuos de tu ego, encuentras esta actitud verdaderamente irritante, y como sabes que razonar no vale de nada, gruñes, gritas, o incluso, a veces, amenazas con matarlos a golpes.
La gente se aparta por un tiempo, pero como hay tanta pasando, y mantener la irritación requiere una energía desgastante, vuelves a ocuparte de tus propios asuntos.
Esta secuencia te pasa no una, sino cientos y miles de veces hasta que no puedes contener mas la respiración, y en vez de enfadarte, te echas a reir a carcajadas.
La risa es la liberación del diafragma, y el enfado es lo contrario.
Tus carcajadas y tu humor cambiante echan a la calle el rumor de que estás loco, porque si te enfadas o te ries sin motivo , y estas sentado en la calle, o en un banco, o en cualquier parte, sin hacer nada, solo puedes estar loco.
Después de un tiempo empiezas a provocarte tu mismo la risa buscando situaciones cómicas, que son todas, pues descubres que el loco te da mas espacio que el mendigo, ya que nadie se compadece ni te quiere aconsejar, ni alimentarte , ni cuidarte, porque ya no eres un pobre, eres un loco.
Como loco, es mucho mas productivo pasearse, porque allí, el mundo solo para cuando te mueves.
Lo cual no exime que de cuando en cuando, un pequeño vistazo a la mas absurda e insignificante cosa baste para lanzarte de nuevo al hiperespacio 1-2-3.
La tentación de permanecer el resto de tu vida como loco es bastante grande, pero te puede mas la sabiduría inexplicable que se esconde dentro de tu locura.
La sabiduría poco a poco se abre paso, sin que te des cuenta, y de repente un buen dia, sin saber por que ni como, abandonas la tierra del caos y del andar sin rumbo fijo, te levantas, te duchas, te pones un pantalón, una camisa, y sales a buscar trabajo, lo cual no quiere decir que lo encuentres, o que puedas ya trabajar en “algo”, una profesión. Los años no han pasado para ti, pero si para el mundo.
El mundo de los CVs, de los cuéntame de ti, de aparentar ser esto, o de creerse algo, no tiene el mas mínimo sentido para ti. Intentas hacerte cargo con la frase: me da igual, no tengo prejuicios, solo quiero trabajo, y con una actitud lo mas adecuada posible, intentando tapar los abismos que hay en tu mirada, pones un velo de idiotez, actitud que solo prolonga infinitamente los abismos, porque estás intentado salvarlos con un par de hojas de papel en blanco.
Pero la cosa no resulta, tu hoja de papel en blanco no está tan blanca después de todo.
Apenas intentas ofrecerla, el abismo se la traga, y aquel que te está entrevistando necesita forzosamente mirar para otro lado.
Al darte cuenta bajas los ojos, te haces mas el tonto, pero el resultado es cada vez peor.
Al final optas por no quitarte el velo de la estupidez, de si, soy eso que quiere, si señor, si-eso- mismo.
Pero al darte la vuelta, sabes que no, que no es de verdad, que tu camino no pasa por dejar de sentir el fuego de tu vientre e invocar para ti las cien mil normalidades en ese momento. Eres quien eres y las secuelas de la locura aun dejan un sabor a herrumbe y temor en la boca de los demás cuando te huelen, un vale, te acepto, pero no te acerques más.
Un sabor que no se pasa al meditar, sino que se acentúa, porque la entrega ya no es forzosa, ya te conoce, y viene en tu busca, y en cuanto que cierras los ojos la nada te absorbe, y tu cabeza se parece mas a un balón pinchado, o a un queso de gruyere que se deshace en un fluido, o en una masa fundida, que a un cerebro agitado que intenta calmarse.
El camino ya no es camino, ni siquiera el tuyo, y no pasa ya por ninguna señal, o por seguir buscando el momento en el cual puedas al fin ser libre.
Ya no puedes ser mas libre que en este instante, es imposible, la libertad ya no es cosa de grados, ni de deseos sublimes de... sino de naturalidad.
Pase lo que pase, ahi estás.
Ya no puedes mantener conversaciones lógicas, fuera del que comemos hoy, que rico esta esto, tengo sueño, tengo hambre, que pases buen dia, me voy a cagar, o me cago en la puta, porque tu pensamiento ya no se percibe como palabras , frases o imágenes, sino como vibración y energía.
Puedes también jugar al cotilleo, por un rato, hablar de la compra, de la comida, o balbucear sobre cualquier tema que surja, pero sin enredarte. Puedes poner orden, decir vale , bien o basta, preguntar cosas sencillas, o responder sin justificarte, y esto resulta mas profundo que hablar de los dyana budas.
Puedes bailar, y bailas, disfrutar de las sensaciones, pero ya no puedes seguir fingiendo que el velo de maya tiene el mas mínimo interés real para ti, en ninguno de los sentidos.
Puedes incluso poner todas las piezas del dominó todas juntitas, en fila india, y darle un pequeño empujoncito a la primera, diciendo... no, gracias.
No gracias, no quiero este trabajo, es deshonesto para mi.
No gracias, no quiero seguir jugando a que necesito algo fuera de mi.
No gracias, no me importa que mandes un aviso judicial por no ver a tu nieta, cuando puedes venir a verla cuando quieras.
No, gracias, no me crea ningún cargo de conciencia.
No, gracias, ese es tu problema.
No, gracias, no voy a hacer una o 999999 constelaciones familiares para arreglarlo.
No, gracias, pero tu las puedes hacer, si es tu deseo.
No, gracias, ya no creo en eso.
No, gracias, me da igual que te pongas como te pongas.
No, gracias, esa es tu creencia.
No, gracias, esa es tu creencia.
No, gracias, no voy a perder mi calma por esto, hoy me siento muy feliz por haberme permitido ser honesto conmigo mismo, porque a pesar de todas las creencias heredadas sobre el trabajo, he descubierto que mi único trabajo real es ser 100% honesto commigo mismo, sin tener que hacerme pasar por nada mas que lo que soy, por sentir otra cosa que la que siento ahora mismo, y querer o pretender cambiarlo.
No, gracias.
No, gracias, estoy bien donde estoy.
Este es el lugar y el momento perfecto, así que gracias, pero no.
No gracias, simplemente no quiero creer o dejar de creer en nada. Esa energía me pertenece.
Es mía, con todo derecho, y con ella hago lo que quiero, crear o no crear.
Antes buscaba el amor, y a mi mismo, y hacia lo que podía.
Ahora no busco nada, y hago lo que quiero.
Y como no quiero nada no hago nada.
Porque se quien soy (y lo que no soy), así que gracias.
Y esta es mi promesa, no volver a fingir que no se quien soy.
Y que no hago lo que quiero...(“con mi pelo...”).
Por ejemplo, ver el Gran Hermano con mi novia en vez de meditar, porque estoy hasta el coño de viajes siderales, y de absorciones solo aparentemente no duales y advaitas.
Ademas, después de la locura, la trepanación del cerebro se da por sí misma y es automática, veas lo que veas, y hagas lo que hagas...


Sirva este post como primera incursión- en el territorio -del mientras -del antes del despertar, querido Alex, segun mi experiencia, por supuesto.
Hay que aprovechar que ha salido solo, porque no esta el horno pa bollos.
Es territorio, y el territorio es siempre personal e impersonal al mismo tiempo.
El mapa es siempre impersonal, pero resulta teórico, al no reflejar lo concreto de la experiencia.
Todos los personajes de la historia existen tanto fuera como dentro de nosotros, como reflejos de nuestro discurso mental, mientras existe.
El mientras mientras y el mientras después, irán llegando a puerto, lo prometo.
Así como un pequeño mapa recopilatorio final, que servirá de brújula de bolsillo, para quien así lo quiera.
Discretito y personal, nada de Diplodocus al estilo Wilber.
Vaya, cuantas promesas...espero poder cumplirlas todas.
Abrazos.