El Tao y el Vacío Creador

"Hay algo sin foma y perfecto
que existía antes de que el universo naciera
Es sereno. Vacío.
Solitario. Inmutable.
Infinito. Eternamente presente.
Es la madre del Universo.
A falta de un nombre mejor...
lo llamo Tao.

Fluye a través de todo,
dentro y fuera de todo,
y al origen de todo retorna.

El Tao es grande
El universo es grande.
La tierra es grande,
El hombre es grande.

El hombre sigue a la tierra.
La tierra sigue al universo.
El universo sigue al Tao.
El Tao se sigue a sí mismo."

Tao-Te-King, cap 25.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Creación y Sanación.


Desde hace mas de un año y medio que estoy varado en medio de una tormenta personal, emocional, y profesional sin precedentes porque no consigo definir mi trabajo, y porque me siento a medio camino entre el sitio en el que estaba y el lugar al que no acabo de llegar.
El signo positivo de esta sopa cuántica de posibilidades entre las que derivo es no sólo el inmenso caudal de creatividad que fluye de mi en cualquier cosa hacia la que mi atención se dirija, sino el saber y el sentir que cualquier cosa que me proponga es posible. Este infinito de posibilidades, en las cuales reconozco el signo del vacío creador, tiene el inconveniente de hacerme prácticamente imposible cualquier poder de elección, y el dificultarme enormemente el poder definirme en cuanto a quien soy y que es lo que hago.
Puesto que desde hace mas o menos cinco años me muevo en el ámbito de las terapias alternativas, y dado que me metí en ese mundo sólo para poder vivir de ellas, mientras desempeñaba mi verdadero oficio de escritor -cosa que no solo no ha sucedido, sino que se ha dado la vuelta-, después de tratar individualmente con todos los casos posibles, he sentido y siento la necesidad de empezar a trabajar con grupos.
Sin embargo, el trabajo grupal es algo que nunca ha sido afín a mi carácter, más dado a la intimidad y el ritmo del trato individualizado, y el hecho de trabajar en grupos , hablar y expresarme en público, a pesar de la necesidad que tengo de dar el paso, es algo que aun me asusta.
A nivel individual parece que todo lo que he aprendido lo he olvidado, de modo que después de años de asimilar distintos protocolos de técnicas de masaje, me siento incapaz de reproducir las técnicas aprehendidas, o de asimilar otras nuevas, de modo que lo único que puedo hacer es confiar en que toda esa información esté dentro de mi y salga de la manera y en el momento adecuados.
Todavía, hace unos meses, este bloqueo me atormentaba, razón por la cual decidí dejar de hacer terapias. Hoy, la sanación me sale de nuevo al paso, de una nueva forma para mi desconocida, que implica la necesidad imperiosa de abandonarme a lo que mi intuición y mi instinto me dicte en cada momento. El resultado es una amalgama de movimientos, mezcla de algunos aprendidos con otros nuevos, que combinados con el arte de la respiración consciente, de la concentración y canalización del prana, dan en una especie de danza chamánica sobre el cuerpo que aun no se muy bien como definir, porque cada vez es menos racional y mas intuitiva.
También el uso de las manos se ha extendido, como en el lomi-lomi, a los antebrazos, e incluso a otra partes de mi cuerpo, y los movimientos se ajustan a cada caso, al igual que la presión, la respiración, y la intensidad de la energía.
A parte de las distintas técnicas de masaje, nunca he estudiado cualquier técnica de sanación con ningún mentor (aunque cuando aun buscaba trabajo por ahí fuera, he tenido que poner lo contrario en el currículum por razones obvias) o maestro.
Lo que llamo sanación pránica comenzó con una apertura brusca y repentina del centro cardiaco (y posiblemente de otros centros) después de dos retiros intensivos y consecutivos que trajeron como resultado la canalización directa del prana, o la sensación eléctrica del prana circulando por todo mi cuerpo cada vez que pongo atención en ello, más concretamente en los chakras cardiaco, sacro y coronario.
Sin embargo nunca he aprendido nociones de Reiki, ni estudiado la técnica llamada pranic healing creada por Choa Kok Sui . El nombre de sanacion pránica me vino cuando después de un año y medio sin saber que hacer con la sensación de electricidad fluyendo de un lado a otro de mi cuerpo, empece a aplicarla después de cada sesión de masaje, canalizándola a través de mis manos.
Al principio de hacerlo, y porque andaba ya algo agotado, solo conseguía canalizar el prana de un modo completo cinco o seis veces. Después la sensación disminuía o se atenuaba. Yo interpretaba el hecho como algo relativo a la interacción personal entre la nergía del cliente y la mía, porque dependiendo de la persona a veces tenia mas facilidad o dificultad en canalizar el prana, y creo que estaba en lo cierto, porque hoy, cuando ya consigo ir canalizando prana simultáneamente a los movimientos, tal y como se hace en el kung-fu o en el taichi, y mandarlo con distinta intensidad a las zonas a las que me lleva la intuición, aun puedo sentir la sensación de energía fluyendo más con unas personas que con otras.
Puesto que no se nada del tema, doy por sentado que cuanto tengo mas dificultad en canalizar el prana es por los bloqueos de esa persona, por lo que me limito a hacer un trabajo más físico hasta que voy sintiendo como se deshacen esos bloqueos. Otras veces la sensación de fluidez de la energía es muy potente, y se mueve sin intervención alguna de mi parte, como si solo al tocar con las manos al paciente la electricidad fluyera de un polo a otro sin intención ni esfuerzo de mi parte.
Sin embargo, lo normal en casi todos los casos, es que la energía fluya proporcionalmente a mi grado de apertura y de presencia.
No soy clarividente, ni clariaudiente, es decir, cuando las personas me preguntan después de la sesión como les he visto por dentro, o si he canalizado alguna información, me limito a decirles lo que he sentido, y lo que me dice la intuición, y casi nunca después de la sesión, sino unos días después, cuando hayan tenido tiempo de integrar el trabajo.
Volviendo a mi trabajo, o al nombre de lo que hago, la fusión del masaje californiano, o del masaje intuitivo que últimamente hago, con la canalización y movilización del prana, viene a ser como hacer surf a través de olas de energía. De alguna forma el movimiento y la respiración consciente crean ondas de energía que atraviesan el cuerpo físico y llega a los estratos mas profundos de las emociones y de la mente.
Sin embargo, mi trabajo aun carece de un propósito o intención personal de hacer esto o lo otro en el paciente: si siento que he de movilizar la energía la movilizo, si siento que he de aquietarla la aquieto, si siento que la energía esta en equilibrio, dejo las cosas seguir su propio curso.
Muchas veces hago uso de la energía sexual para movilizar bloqueos primarios a nivel de los chakras inferiores que causan bloqueos por resonancia en los chakras superiores, porque esta energía es la materia prima de la vida. En este nivel el trabajo es mas tántrico que otra cosa, y no necesita en modo alguno de la intervención del coito, ni del intercambio sexual a nivel genital, o emocional, porque hay muchas formas de movilizar la energía sexual, a veces, sin necesidad siquiera de tocar.
Otras veces la energía es mucho mas sutil, y siento claramente que viene del cielo, porque las sensación es de paz total y amor incondicional.
La mayor parte de las veces hago uso de ambas energías, que son una sola, pero con distinto nivel de frecuencia, con el objeto de unir la tierra con el cielo, o el sexo con la cabeza, integrándolas en el vientre, en el plexo y sobre todo, en el corazón.
Este es el trabajo que se hace en la meditación kundalini, o en el tantra, sin embargo yo siento que el puente de unión entre al tierra y el cielo esta en el corazón, y que este es el centro de equilibrio en el ser humano, donde se armonizan las energías del cielo y de la tierra.
El zen enfatiza en que este centro se encuentra en el hara, y es así desde el punto de vista físico, porque el medio abdomen es el centro gravitacional del cuerpo humano, pero yo siento que el equilibrio y el centro energético del sistema de chakras está en el corazón, con independencia de cual sea el centro de acción, o la tendencia energética de cada persona.
Sea como sea, la cuestión es que la sanación pránica no tiene mas objeto que despejar los bloqueos y movilizar la energía interna para que esta pueda fluir y armonizarse con el ritmo de la vida y de la creación.
No está entre mis dones ver el aura, o el cuerpo de luz, en el sentido de ver tal y como lo entendían los toltecas.
Mi don es el sentimiento , y la creación consciente, a través de la respiración y la presencia, sea de movimientos libres y armónicos que fluyen por el cuerpo, sea de patrones y olas energéticas de sanación.
Ese es mi trabajo, aunque no pueda darle nombre todavía, y se que al soltar todo esquema y condicionamiento estoy canalizando información en paquetes de ondas y de luz, que proviene de seres y esferas que trascienden con mucho el pensamiento y los esquemas más tradicionales de sanación que ya fueron canalizados y explorados hace mucho tiempo.
La sanación que yo hago, o mas bien, que se hace a traves de mí , es creación, porque no solo sana, sino que crea.
Crea nuevas posibilidades de vida y de manifestación, porque disuelve los patrones físicos emocionales, mentales y energéticos en ese océano de pura energía que es la manifestación física del vacío creador, cuya esencia es espiritual y su esencia luz y amor.

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