El Tao y el Vacío Creador

"Hay algo sin foma y perfecto
que existía antes de que el universo naciera
Es sereno. Vacío.
Solitario. Inmutable.
Infinito. Eternamente presente.
Es la madre del Universo.
A falta de un nombre mejor...
lo llamo Tao.

Fluye a través de todo,
dentro y fuera de todo,
y al origen de todo retorna.

El Tao es grande
El universo es grande.
La tierra es grande,
El hombre es grande.

El hombre sigue a la tierra.
La tierra sigue al universo.
El universo sigue al Tao.
El Tao se sigue a sí mismo."

Tao-Te-King, cap 25.

miércoles, 6 de mayo de 2009

El camino del guerrero y la rendición espiritual.

No recuerdo el momento en el que empecé a luchar.
A veces tengo la sensación de que he luchado desde siempre.
La lucha es un hábito que con el paso del tiempo crea sus propios fantasmas para sobrevivir, para mantenerse con vida, y por eso parece como si en la vida no hubiera otra opción mas que la lucha, mas que el medir fuerzas, mas que el tener siempre delante un desafío, un reto, una meta.
Me gustaría no intelectualizar esto, pero hace parte de mi el analizar todo lo que siento desde la esfera mental, y negarme a ello sería también luchar contra mis impulsos naturales, aunque sean inconscientes.
La mayor lucha que he labrado desde que tengo consciencia es la lucha por ganarme un nombre con el que ser reconocido en el mundo. Esta necesidad me ha hecho buscar en muchos y variopintos caminos, asumiendo máscaras, poses, e incluso verdades, que no dudo que lo sean, que no eran mías.
Aun hoy, aun cuando la vida me ha empujado lentamente hacia ese vacío en el que es imposible sostener nada que sea ficticio, es decir, que no sea intrínsecamente mío, me resisto a rendirme y sigo luchando y buscando el nombre que me defina, aun sabiendo que jamás podre usurpar un nombre a las estrellas, porque allá en el cielo, cuando las miro, me es imposible encontrar la mía, pues las siento a todas brillar dentro de mi pecho.
La verdad es que no me jacto de tener mucha experiencia, con experiencia me refiero a aquello que uno conoce porque lo ha experimentado de verdad. He experimentado muchos y diferentes estados de conciencia, pero por alguna razón, en ninguno de ellos he encontrado, digamos, el puerto donde poder echar el ancla y construir un hogar.
He sido muchas cosas, me he llamado de muchas maneras, he hecho cosas bien y cosas mal, o menos bien, pero por alguna razón hay dentro de mi cabeza un mecanismo de reseteo que borra cualquier huella emocional o mental que pueda hacerme identificar por mucho tiempo con una u otra identidad.
Con el tiempo he aprendido a aceptar esto, no del todo, pero casi estoy cerca de aceptar el hecho de que jamas podré identificarme con ninguna proyección de la consciencia.
En mi oficio como surfero de la conciencia he visto mundos y paisajes que te dejan con la boca abierta. También he visto infiernos y abismos que le cortarían la respiración al mas valiente de los guerreros. He visto el amor comer mano a mano con la violencia, y he visto a la belleza acariciar los senos decrépitos y moribundos de la vejez y la fealdad. He visto la luz, la luz de la luz, en el corazón de la mas densa y obtusa oscuridad. Y he visto la inocencia ofrecer su cuello a la guillotina del dolor y la experiencia.
Y de tanto ver, de tanto experimentar, de tanto vivir, morir y resucitar me he dado cuenta de que la lucha, el espíritu combativo, no viene del coraje, sino del miedo, del miedo a no aceptar que en realidad somos lo mismo que eso con lo que luchamos, y que el sentido de la lucha, que es pura y genuina resistencia, no es otro que el llevarnos a ese punto sin retorno en el que o aceptamos aquello que separamos de nuestra consciencia, sea lo que sea, o nos estancamos sin remedio, varados en un pantano de fantasmagorías sin término.
El camino del guerrero no se basa en la lucha contras las fuerzas del mal o de la oscuridad , sino en la rendición al presente , rendición que llega cuando acepta que esta lucha es fruto de no reconocer que estas fuerzas contra las que lucha hacen parte de su propia oscuridad, de su propia consciencia.
Cuando la aceptación llega, a través del amor, la lucha llega a su término.
El camino del guerrero es un camino de rendición, no un camino de fuerza. Es un camino de aceptación, no de voluntad. Es un camino de amor, no de guerra, porque la meta del guerrero, que posee una naturaleza o una tendencia kármica orientada a la guerra, es la paz, y esta paz solo puede llegar a través de la rendición espiritual.
Cuando el guerrero se rinde ante el hecho de que cualquier cosa ante la que lucha es una proyección de su conciencia, descubre esa paz que otorga el sentimiento de amor y de unidad.
El verdadero camino del guerrero es este.
Nada de buscar desafíos ante los que probar su valor y su valía como mujer o como hombre, sino en reconocer la realidad, sea cual sea, como proyección de su consciencia, y forjar su camino espiritual a la luz de estos espejos.
Nada de matar dragones y rescatar princesas, sino reconocer que el mismo es el dragón, y que no hay ninguna princesa que rescatar, ni ningún dragón que matar, y que todo el cuento es una proyección de su conciencia.
Cuando uno esta surfeando por las olas de la conciencia a veces viene olas gigantescas que parece que te van a engullir sin remedio como a un mosquito, y uno palidece de terror y de miedo. Otras veces la mar esta en calma chicha y uno solo puede tumbarse sobre la tabla, tomar el sol mecido por el suave ronroneo de las olas, y esperar a que sople el viento y haya algún movimiento. En ambos casos la única forma de estar en paz es aceptar lo que hay, y no querer que sea algo diferente a eso, porque si uno desea algo que no está sucediendo , automáticamente, deja de estar presente.
Me ha llevado tiempo descubrir que mi único camino espiritual es la rendición ante el presente, y que no hay más forma de crecer espiritualmente que abandonarse a la voluntad divina que escapa a nuestro entendimiento.
Escapa porque el presente es un inmenso espectáculo donde las cosas se crean y se destruyen constantemente, creando ilusiones de permanencia y estabilidad, donde solo hay movimiento y vacuidad.
Y escapa porque, como dijo Rimbaud, hablando de la inspiración y de su experiencia poética del absoluto, eso viene desde siempre y se va por todas partes...
Mas con todo, a pesar de la ilusión de todas las proyecciones de la consciencia hay un fondo que no se mueve, y este es la propia consciencia que se vuelve una con lo que sucede, y sin embargo , permanece, porque siempre se renueva, porque es la misma consciencia la que viene desde siempre y se va por todas partes.
Vacío creador que soy yo, que contiene todas la formas que vienen desde siempre y por todas partes se van.

3 comentarios:

  1. me rindo me rindo me rindo!!!!!! Gracias por surfear por los mares de mi conciencia!!

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  2. Excelenteeeeee!!!! me dejaste sin palabras!!! solo buscaba el concepto de la rendicion... ya que con ella llega la manifestacion!! con tu sabiduria aqui plasmada... entiendo que es rendirse al presente.. .y ser protagonista de lo que aqui y hoy sucede, creo y manifiesto dia a diaaaaaaaaa!!!!

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  3. en la búsqueda, siempre hay pistas, mejor cuando se encuentra...en el momento preciso, aquí y ahora...¿gracias!

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