El Tao y el Vacío Creador

"Hay algo sin foma y perfecto
que existía antes de que el universo naciera
Es sereno. Vacío.
Solitario. Inmutable.
Infinito. Eternamente presente.
Es la madre del Universo.
A falta de un nombre mejor...
lo llamo Tao.

Fluye a través de todo,
dentro y fuera de todo,
y al origen de todo retorna.

El Tao es grande
El universo es grande.
La tierra es grande,
El hombre es grande.

El hombre sigue a la tierra.
La tierra sigue al universo.
El universo sigue al Tao.
El Tao se sigue a sí mismo."

Tao-Te-King, cap 25.

jueves, 21 de enero de 2010

Los grados de la Iluminación.

Soy consciente que decir lo que voy a decir hoy hará escocer algunas llagas.
No tengo ningún problema con eso. Se bien a quien le escocerá, y por qué, pero no tengo ningún problema con eso.
El problema no-problema de escribir un blog sobre espiritualidad es que el tema atrae a un montón de gente por muy distintos motivos. Y estos distintos motivos, en lo que son motivos, no pueden mas que, a veces, entrar en conflicto. Si el conflicto es vivido como una forma de aprendizaje, que se resuelve en una mayor comprensión y apertura, es estupendo, pero si deriva en posturas cerradas, y atrincheradas en las propias realizaciones y conquistas, solo servirá para endurecer aun mas nuestro punto de vista.
En lo que vagabundeo por distintos blogs “espirituales” he podido reconocer tanto el afán de aprender y compartir, como el de enseñar, incluso el celo de predicar la verdad del “Sí mismo”, desde posturas que considero no completamente iluminadas, en el sentido de abiertas, no forzadas, como sosteniendo algún dogma que no pudiera sostenerse por si mismo, como si la vida no fuera ya de por si una prueba fehaciente y completa no solo de que la iluminación existe, sino de que es completamente inevitable. Estas palabras son de Adyashanti, y las he hecho mías, por la gran verdad que contienen.
Sea como sea, no voy aquí a acusar a nadie con el dedo, porque, inevitablemente, el dedo se torcería milagrosamente hacia mi mismo.
Y tampoco voy a entrar en debates conceptuales de ningún tipo. Solo diré que en el camino del despertar a veces surge una necesidad incontenible de afirmar los propios pasos, a través de la prédica a los demás, necesidad que muchas veces se toma con celo, celo que se puede confundir con la realización definitiva, que en esencia no tiene nada que decir ni demostrar.
Sobra decir que asumo lo que en mi haya de celoso e intransigente en mis propias conquistas, y que no basta con decir que no son mías, hay que sentir ambas cosas al mismo tiempo: el movimiento de la gracia actuando desde lo que creemos ser a lo que es, y a la vez el movimiento de la gracia actuando desde eso que es hacia lo que creemos ser.
En el encuentro de la gracia con la gracia es donde se produce el encuentro y la rendición definitiva de este ser de hecho, y ese creer ser, pero hasta entonces, o mientras tanto, ambos movimientos son necesarios y genuinos.
A menudo, sobre todo en el advaita, llegamos a un punto de intimidad o comprensión tal, que todo lo vivido parece un sueño sin valor. La vida se actualiza de tal forma que pasado y futuro son vistos como una ilusión en la que uno, sencillamente, ya no participa. Uno es, y eso parece ser todo. Pero aún no puede adaptarse, o no consigue encajar en la ilusión del mundo. No puede enseñar nada, porque lo único que hay y existe es uno mismo, reflejado en infinitas formas, y sin embargo, no tiene aun acceso a la verdad del momento que hace posible el adaptarse al grado de consciencia o iluminación que determinada forma refleja en determinado momento.
Pero antes de seguir por aquí, quiero retomar algunos antecedentes.
Es los dos post anteriores he intentando transcribir mi propia experiencia con el mientras del antes, o el antes del mientras de la iluminación.
De nada me sirve explicar a los detractores de la iluminación como proceso (yo mismo también puedo ser el mayor de los detractores de esta idea, dependiendo del caso), que estas palabras son usadas aquí como una herramienta funcional para ayudar a determinadas personas que aun se identifican con el proceso mismo, independientemente de que este sea o no una invención.
Invención o no, maya desplega su hipnosis, y hay antídotos reales no solo para todos los grados de encantamiento, sino específicos para cada uno de ellos.
Si el mientras del antes, o el antes del mientras, tiene como principal característica el desencanto del mundo, y la búsqueda de esa verdad que nos llama desde lo mas profundo de nuestro interior, así como todos los engaños en los que caemos una otra vez creyendo haber alcanzado lo que solo es producto de nuestra imaginación, el mientras del mientras tiene como sabor inconfundible no solo la certeza de que estamos sumergidos hasta las gachas en la naturaleza de la realidad, sino que ya no podemos escapar de ella, hagamos lo que hagamos, incluso negándola o intentando negarla de boca, acción o pensamiento.
Lo esencial de la experiencia del mientras del mientras es la disolución del velo conceptual que nos impide experimentar la realidad tal cual es.
Esta disolución es automática, no forzada, repentina, y no se limita a una experiencia personal, aunque a menudo se inicia en ella. Es como si la experiencia de la disolución también se diluyera, de modo que no hay nada absolutamente que se pueda decir o testimoniar. Ni nadie que pueda hacerlo. El presente del mientras del mientras es el puro silencio, el puro vacío que es la naturaleza esencial y vacía (vacía de todo y de si misma) en la que se origina todo lo que existe.
Nada se puede decir de este mientras en cuanto a que cualquier explicación o intento de dar testimonio de ello es ya una contaminación infinita de lo que es en realidad.
El corazón del mientras es intraducible, y no hay forma ni concepto apropiado para describirlo.
La realidad se muestra en su mas prístino vacío, y nada hay mas que eso.
Vacía en cualquier cosa que hagamos o no, se muestra, y llena de sabor a vacuidad cada experiencia. Las cosas que ocurren sobre este fondo son igualmente prístinas. Y nada empaña su belleza. Todo es perfecto, porque esta vacío.
Y este vacío dota de perfección a todas las formas que percibimos, incluidos a nosotros mismos.
Nada se puede decir.
Nada en absoluto.
La realización del mientras, que es siempre actual, deja un sabor de boca a santa indiferencia, como de ya no importa nada de lo que le pase a este cuerpo, a esta mente, o a este mundo. Se quien soy, y eso es indestructible. Está en todas partes, y no hay nada que quede fuera.
Se siente como el fin del camino. ¿A donde ir, o que buscar?
Maestros y discípulos, buscadores e iluminados caben todos dentro de uno. No hay lucha, no hay separación, no hay nada que obtener ni que abandonar. Nada que rendir, nada que dejar. Todo esta dentro. Soy todo lo que existe.
El "cuelgue" de la revelación de la naturaleza vacía de la realidad puede durar indefinidamente, pero no es, en ningún caso, el fin del proceso.
Uno puede quedarse en silencio, saboreando esta vacío en todas las cosas, deleitándose anónimamente por los siglos de los siglos, pero no es lo que normalmente ocurre. Lo que ocurre después del mientras es ya más traducible, porque implica la acción espontánea a la que la realización del vacío nos lleva.
La fase subsiguiente al silencio sagrado es la fase de la suprema libertad, o lo que Papaji llamaba el Wake-up and Roar. Nietzche diría que el camello se ha convertido en león, y que este, al despertar, ruge con todas sus fuerzas. Pero el león aun no se ha transformado en niño.
Esta fase es fascinante, aunque no definitiva, definitiva en cuanto que la iluminación no se ha completado totalmente.
El circulo no se ha cerrado aún.
Sin embargo, muchos maestros reconocidos se han instalado en esa fase, por voluntad, o porque simplemente así era su misión y su carisma.
La metáfora de este estadio sería la de un león que intenta ayudar a otros leones a que se quiten el disfraz de oveja y descubran lo que son. Hay mucho, infinito poder disponible para esta tarea.
La mirada del león es implacable, y no deja hueco a las dudas o a la incertidumbre, y el fuego del satsang devora cualquier súplica de la mente para no ser destruida.
La libertad aquí es total y absoluta, no en el sentido de yóguico-milagrera, sino en el espacio infinito que se siente, en el ser inalcanzable para cualquier mente, incluso para la más aguda. Aquí la mente no llega, y el león arroja disfraz por disfraz, trampa por trampa, engaño tras engaño al fuego incombustible de la consciencia. Nada escapa a su ojo, porque conoce todo desde dentro.
A todos rasgos, pareciera que acaba aquí la cosa, pero en este punto la iluminación apenas ha empezado su viaje de autodescubrimiento.
El león es solo una manifestación más del silencio, un carisma de la consciencia relacionado con la adolescencia del despertar. Un rugido incontenible e imparable que se extiende en todas direcciones y en todos los tiempos.
Pero no es el último paso, solo uno más de ellos.
El maestro crece también conforme profundiza en el mismo silencio, y su mirada se vuelve más sutil cada vez. Más y más fina.
Tan sutil se vuelve, que el fuego arrollador da paso a una hoguera igualmente incombustible, pero que ya no necesita quemar con el fuego de la verdad a todo lo que se le acerca.
El maestro reconoce en todo la esencia de la iluminación, y poco a poco se crea un espacio inmenso en el que todo tiene cabida. Si un león quiere seguir disfrazado de oveja está bien. Si una oveja se cree un león, también esta bien. Si el camello ruge, bien, si el pájaro ronca, bien, si el pez grazna, bien.
Todo esta bien porque todo es como debe ser.
La fase de la suprema libertad pierde su brillo hasta que por fin desemboca en la pura compasión y el puro reconocimiento de todas las cosas en todas las cosas. La verdad ya no se esgrime como una antorcha que ilumina la oscuridad de la ilusión, la verdad es un hecho incluso en la misma existencia de la ilusión.
Samsara y Nirvana son idénticos.
Entre la naturaleza de Brahmán y el mundo de Maya no hay absolutamente ninguna diferencia.
La verdad deja de ser esencial, para convertirse en la verdad suprema, la verdad del instante, del momento.
La verdad alcanza la categoría suprema de función.
Se convierte en la herramienta perfecta para ayudar a otros en su camino hacia la iluminación.
Se ajusta a cada caso, y es espontáneamente perfecta, libre, vacia de conceptos.
La enseñanza puede ser tanto un garrotazo en la sien, como un abrazo lleno de amor.
El maestro no dice dos cosas iguales y puede decir a la misma pregunta tanto un sí como un no, dependiendo de la necesidad del que escucha.
Solo en apariencia parece contradictorio, cuando en realidad es absolutamente libre.
El perro tiene la naturaleza de Buda.
El perro no tiene la naturaleza de Buda.
Todo lo que dice o hace es para devolver la mente a casa, para vaciar todos los conceptos.
Es el mundo del así simplemente.
La mente clara refleja la verdad de cada instante, como un espejo diáfano refleja el color que tiene delante.
Momento a momento.
El circulo se cierra. La iluminación es completa e irreversible. Comprensiva, compasiva, y perfecta.


Pongo aquí, para concluir, un resumen del capítulo el círculo zen, de la Brújula del zen, del maestro zen coreano Seung Sahn, como esencia de todo lo dicho:

0º. En el inicio del círculo las montañas son montañas y los árboles son árboles, pero no hay realización alguna del vacío. Apego al nombre y a la forma.

90º. Aquí las montañas son árboles y los árboles montañas. Forma es vacío y vacío es forma. Iluminación conceptual. Apego al pensamiento.

180º. Ni árboles ni montañas. Ni forma ni vacío. No pensamiento. Vacio libre de conceptos.
Apego al Vacio.

270º. Un árbol es un pez. Una montaña es un sacapuntas. Forma libre. Vacio libre. Libertad Total. Apego a la Libertad.

360º. Las montañas vuelven a ser montañas, y los árboles árboles.
Forma es forma. Vacío es vacío. No apego al pensamiento.
Verdad tal cual. Todas las cosas son verdad.
Comprensión y compasión absolutas.

Todavía he de decir una cosa más.
Todas estas fases o capas se superponen simultáneamente dentro del holograma de la consciencia.
Por eso la verdad última, la verdad tal cual, es accesible en cualquier lugar y en cualquier momento, y desde ella cualquier manifestación de la consciencia es expresión de la misma verdad.
Gracias por la atención y un abrazo a todos los navegantes.

12 comentarios:

  1. No! los grados se dividen en 27 categorías según las escritur...

    Es broma ^_^

    Un abrazo César.

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  2. Je ¿Ô_Ô?
    A mi tb me gusta hacer dibujitos.
    Si hablamos de "grados" tipo yo soy tercer dan y tu eres un pingajo de principiante, los tibetanos son muy amigos de las 27000 categorías, creo.
    Si hablamos de un círculo, me parece que solo puede haber 360 º en todo el mundo.
    Aunque que sabe un niño de grados y círculos
    ¿¿*_*??
    Porque vive en ese centro que está en todas partes, cuya circunferencia es...tiqui-tiqui.
    El cipres en el olivo.
    Un abrazo Alex, y suerte con las multitudes! No se te ocurra multiplicar los panes, cruzar las aguas, o cosas por el estilo.

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  3. Ufff, las ennumeraciones tibetanas no tienen fin!

    Conozco poco del budismo zen, me he apoyado más en el budismo tibetano. Este círculo que citas me encantó por lo sencillo y al grano. Gracias por compartir amigo.

    Y respecto a los panes y cruzar aguas, no te preocupes, tampoco reviviré muertos ni transformaré el agua en vino.

    Por otra parte, creo que no podré resistir la tentación de llegar volando sobre una tigresa preñada, expulsando fuego y electricidad en todas las direcciones, como lo hizo Padmasambhava. ¿Cómo resistirse a semejante truco?! jejeje

    Igualmente un abrazo hermano.

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  4. Estimado César, como tú sabes, todo es causalidad y por ello, hoy y no otro día, he leído éste post a pesar de que ya pasé varias veces por aquí.
    Te doy las mismas gracias y el mismo abrazo.
    Es una extensa nota, pero, importante ya que tienes la virtud de poder decir lo que otros, tal vez, creemos estar vivenciando, y tú lo puedes describir, lo que no es poca cosa.
    He tenido la buena fortuna de llegar a leer a Sri Nisargadatta y de allí un catarata de textos(que leeré con mucho amor y tranquilidad) y me terminó de "caer la ficha" como dicen aquí en Buenos Aires.
    Quiero decir con esto que "creo" vivenciar situaciones que tú describes y es como si estuviera hipnotizado, o no presente en el presente de las cosas. Como si estuviera perdido pero a la vez comprendiendo todo. Y lo que más me asombra es el silencio ante una situación cotidiana donde las personas que mas afectivamente te rodean no entienden qué te pasa, pero te pasa algo para ellos extraño, y solo puedes contestar con...silencios.
    Espero no te moleste, agregaré tu blog a mi lista de blogs. Si te incomoda, por favor, solo dilo.
    Desde ya. Gracias por tus claros conceptos que ayudan a transitar el sendero.

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  5. Hola Juan Carlos.
    Por la situacion que describes tienes todos los síntomas de la caida del velo conceptual. Pérdida sin estar perdido, o pérdida con comprensión, es perdida impersonal en la que conceptos y estructuras se desploman por si mismos.
    Mi consejo es que no te preocupes, una vez que la deconstruccion ha empezado seguira por si misma hasta que las mismas paredes y el techo del templo se volaticen antes tus ojos, luego seran tus propios ojos, luego tu misma sensacion de existir como alguien en concreto, y luego nada. Vacio. Nada. El tiempo que haga falta.
    No te resistas, porque resistirse es peor. Tampoco intentes acelerar nada, ni comprender nada, ni sujetarte a nada, porque la cosa que en si es algo natural, si nos resistimos, puede volverse dolorosa, o incluso convertirse en noche oscura. O lo que es peor, en pura grisicitud.
    Lo mejor es entregarse, y como bien dices, si no puedes constestar nada, pues no contestes nada, y si contestar es inevitable, evita en lo posible dar explicaciones, lo suficiente para que la gente se tranquilice.
    Pero no se tranquilizarán porque en realidad nadie salvo el maestro te quiere libre. Libre significa impredecible, y esta impredecibilidad es lo que mas austa a los que te conocen.
    De todos modos, tómatelo con calma, volverás a tierra en el momento adecuado, y con nuevas y sorprendentes posibilidades. La deconstrucción y el vacio conceptual solo son como un viaje completo por la lavadora, con prelavado, aclarado, centifugado, todo incluido. Cuando termina, todo limpio, no sacaras pinta de e.t, en apariencia seras el mismo de siempre, pero internamente te sentiras infintamente libre. Como hueco y liviano, transparente, pluma pluma que se lleva el aire, y se funde con todo lo que toca.
    Deja que las cosas sucedan, contémplalas si puedes, y no las hagas demasiado caso.
    Simplemente deja que las cosas sigan su curso, y punto.
    Puedes incluirme en tu lista, por supuesto.
    Y gracias a ti por compartir tu experiencia, hay lot of people en tu misma situacion, resistiédose al acontecer natural de las cosas por miedo, o falta de información.
    Un saludo.

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  7. Estimado César, infinitas gracias!!!
    De algún modo estoy haciendo lo que tú me indicas ahora y me reconforta confirmar en tus palabras mis "intuitivos" actos.
    Gracias por recordarme que el maestro me quiere libre. Por su puesto que no me aferraré a nada.
    Me entrego al Maestro...
    Seguiré con lectura concienzuda tus post.
    Gracias otra vez!!!
    Un fuerte abrazo.

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  10. De nada Juan, y gracias por tus palabras.
    Yo no indico nada.
    Solo reflejo lo que preguntas.
    Es el silencio el que verdaderamente responde.
    Y es tu proceso natural el que te guía.
    Confia en él, y en tu Maestro Interior, en este caso, la vida, hablándote por fuera y por dentro.
    Un abrazo.

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