El Tao y el Vacío Creador

"Hay algo sin foma y perfecto
que existía antes de que el universo naciera
Es sereno. Vacío.
Solitario. Inmutable.
Infinito. Eternamente presente.
Es la madre del Universo.
A falta de un nombre mejor...
lo llamo Tao.

Fluye a través de todo,
dentro y fuera de todo,
y al origen de todo retorna.

El Tao es grande
El universo es grande.
La tierra es grande,
El hombre es grande.

El hombre sigue a la tierra.
La tierra sigue al universo.
El universo sigue al Tao.
El Tao se sigue a sí mismo."

Tao-Te-King, cap 25.

lunes, 18 de enero de 2010

Sobre las noches oscuras, grises e iluminadas...

Antes de entrar de lleno en el espacio virtual del mientras del mientras de la iluminación, quiero hacer un recorrido, corto y fugaz, por una parada ineludible, no para todos, pero si al menos para la gran mayoría.
Conocida como la noche oscura del alma, el gran terror, la gran tribulación, el descenso a los infiernos, o como se quiera llamarla.
De literatura sobre las noches oscuras andamos sobrados en nuestra mística cristiana.
No quiero por lo tanto ser redundante, así que me limitaré a dar una leve pincelada sobre los distintos tipos de noches.
En primer lugar, desde la perspectiva advaita, solo se puede decir que noche, lo que es noche, no existe, todo el entero viaje o auto-hipnosis del soñador soñado es la noche, noche que deviene dia en el mismo momento en el que despertamos. La creación, el mundo de maya, antes de haber llegado a ese lugar donde ya no hay división entre noche y día, es la noche, el sueño de la consciencia, pero solo para el sueño mismo. Para la consciencia todo es los mismo, porque no existe nada diferente a Si Misma.
Así que forzosamente hollaremos el territorio del sueño, porque fuera de él, no puede haber noche ni dia, no puede haberlos, o mas propiamente dicho, los hay, pero ya vividos sin categorías en un continium de consciencia ininterrumpido.
Noches oscuras del alma hay muchas y para todos los gustos, y aunque todas tengan en común aquello oscuro, estéril e inimaginable, inimaginable hasta que se experimenta, la variedad de la experiencia de la noche es distinta y varía según los condicionamientos del que entra en la noche. Ahora, lo que sale de la noche oscura, eso sí que es lo mismo, aunque conserve aun distintos matices en la superficie, dependiendo de la forma que adopte, el gusto es inconfundible e inequívoco, porque la única labor de la noche es despersonalizarnos hasta un punto sin retorno tal, que el sufrimiento personal devenga absurdo, y el dolor una experiencia mas del río de la vida.
La variante de la noche oscura mas conocida es la noche oscura propiamente dicha.
En realidad la noche no tiene la culpa de ser oscura, la noche es la noche en tanto y cuanto también existe un día, y es absolutamente necesaria en la pulsión y el equilibrio de los ritmos, de los ciclos con los que poco a poco, o de un tirón, vamos deviniendo menos ego inventado, y mas nosotros mismos. De hecho, uno entra en la noche porque el mismo día te empuja a ello, aunque muchas veces se presente sin aviso, como un ladrón que se plantara en tu casa y te desvalijara mientras duermes apaciblemente tu sueño de iluminación, que por muy hermoso que sea, poco o nada tiene que ver con la iluminación misma.
Lo más importante para afrontar debidamente una noche oscura es que no hay ninguna receta para afrontar debidamente una noche oscura.
Al principio, la oscuridad de la noche te subyuga por completo.
Esta oscuridad no es tal, es más por el contraste con el día, de la jocosa alegría, del dulce acontecer de los días que pasaban en volandas del Amado, de los aromas y de los brillos que por todas partes se abrían a la contemplación silenciosa y dichosa de la vida, que por otra cosa.
Sin embargo, cuando llega, parece lo mas real que existe, de forma tal que los días pasados parecieran no haber existido nunca. Y esta es precisamente su función, quitar cualquier referencia y apego que podamos tener a esos días.
La noche oscura no es una entelequia, es una entidad viva que trae consigo muchos acompañantes. Estos acompañantes son necesariamente las emociones que suscitan el levantamiento de capas muy profundas de la consciencia, memorias enquistadas y antiquísimas, y todo un repertorio de monstruos, demonios, fantasmas, y fantasías varias que durante una porción de tiempo considerable nos harán reaccionar con emociones densas y de lo mas variopinto, que irán desde un terror esencial e indescriptible, a proyecciones ya de segunda categoría como el miedo, la ira, la tristeza, la soledad, la rabia o la melancolía. Todo el repertorio de emociones negativas, en todos los grados posibles, harán acto de presencia y provocarán nuestra reacción, y hasta que nos rindamos a la noche que las apadrina, ni recuerdos ni fantasías, ni huidas, ni escapes, ni negaciones aguantarán el embate de la bestia mucho tiempo. Por eso, es necesario saber, como máxima de supervivencia, que cuanto antes y más sinceramente nos rindamos a todas estas cosas, y nos dejemos de recordar o esperar tiempos mejores, tanto mejor.
Del grado de rendición dependerá que la noche clareé repentinamente como el alba, sin mas explicaciones, dejándonos ante una luz y comprensión que lo llena todo, o mas bien, que emana de todo, o que vaya remitiendo en una especie de escala descendente, que va del negro mas negro, pasando por el gris, hasta llegar al blanco mas radiante, donde finalmente comprendemos que la noche era producto de nuestras últimas resistencias a la realidad tal y como es, o simplemente, algo necesario e imprescindible para dar un salto mas en el camino.
Y puesto que no hay fórmulas, a unos les pueden sobrevenir un tipo de noches y a otros otras, y a los mas raros especímenes tocados con la varita de un karma suave y benigno, nada, o apenas una tormentilla.
Sin entrar en extensivos o extenuantes detalles, decir que si lo que mas caracteriza a la fase oscura de la noche es el terror, o el miedo compulsivo a ser tragado por el abismo, lo que más caracteriza a la fase gris de la noche es la desesperación desesperada de un sinsabor, de un tedio y de una monotonía insufribles. Y ciertamente, si a uno le dieran la opción de elegir, uno no sabría con cual quedarse, porque si bien la noche negra es temible, no lo es menos la gris. Y no lo es porque, así como la negritud suele durar poco, debido a la intensidad de lo que despierta en nosotros, la gris, que es mucho menos intensa, pero mucho mas estable, puede extenderse por los siglos de los siglos amen.
La grisicitud es temible no por los demonios, las visiones, o los infiernos que convoca, sino por la ausencia de cualquier sabor, de cualquier rastro de vida, de tal forma, que es eso precisamente lo que hace que la noche sea realmente oscura, oscura propiamente dicha. Su trabajo es erosivo, desgastante, sutil, tenaz, e implacable como ninguno, y persistirá día tras día hasta que por fin aceptemos que ese estado es el que nos toca pasar, y que es todo lo que existe, sin querer cambiarlo, modificarlo, o alterarlo en ningún punto. Es necesario remarcar esto: la noche gris no admite escapismos de ningún tipo, porque simplemente no da lugar a que duren mucho mas tiempo de lo que dura un guiño.
Y he aquí su peligro, al igual que la tortura de la gota de agua que poco a poco se abre paso en el entrecejo hasta llegar a perforarlo, la grisicitud da cabo de nuestra memoria y de nuestra esperanza, de nuestros recuerdos y de nuestras ilusiones, hasta tal punto que ya no tenemos mas remedio que vivir en el presente, en cada momento mismo. Moverse un centímetro hacia el pasado o hacia el futuro significa caer sin remedio sobre una hoja afilada como el sable de un samurai, de modo que la única forma de respirar y mantenerse vivo, es estar en el centro mismo donde la experiencia se sitúa, por dolorosa y terrible que esta sea.
Dado que el sabor de la experiencia del gris es la insipidez de todo lo que experimentamos, la única forma de superar esta experiencia de insipidez, este coma cerebral, este encefalograma plano en el que parece haberse sumido la vida, es entregarse a ella completamente, sin resistencia ni juicio. No es tarea fácil, dado que estamos programados para huir, sobre todo de las cosas que no saben a nada, ni a bueno ni a malo, ni a dulce ni a amargo. Todo nuestro cuerpo físico y nuestro sistema químico y endocrino se muere por un chute de emoción al pil-pil, tanto, que podemos anhelar lo más chungo de la negritud, donde al menos nos sentíamos vivos.
Pero la grisicitud aclara poco a poco, o también, repentinamente, conforme aceptamos también que este desierto es lo que nos toca, y nos entregamos a él.
Flores exóticas y colores extraordinarios nacerán de él, aun cuando todavía nos duela la piel de las llagas, o la cara acartonada de no haber sonreído en lo que nos parecerán siglos, que también se borrarán de un soplo, al amanecer de la luz de nuestro verdadero ser, como si absolutamente nada hubiera sucedido. Nada salvo una indestructible empatía con todas las tonalidades de la experiencia humana que ya nos nos abandonará nunca.
Las comprensiones que vendrán, espontáneas, instantáneas, intraducibles, y a miles, nos retribuirán el ciento por uno del todas estas angustias, porque no emergerán ya de nuestro anhelo de ser, de nuestro deseo de ser, del conocimiento acumulado, ni del pulsar de nuestra propia búsqueda, sino del suave y armónico fluir con todo lo que existe.
Falta decir que puede que haya seres privilegiados cuyo karma, destino o reserva de confianza sea tal que pasen por la noche oscura o gris en un instante, o no desfallezcan aun estando en ella durante el tiempo que dure, pero estas son pocas excepciones. La mayor parte de nosotros no solo pasará una noche oscura o gris en la vida, sino que experimentara toda la secuencia de colores, del negro al blanco, de la ausencia a la presencia, no una vez, sino muchas.
No en vano, morimos cada segundo para vivir y actualizar la experiencia impersonal y constante de la iluminación, que tarde o temprano se nos muestra como lo que es, un hecho infinito e inabarcable del cual no nos podemos sustraer, porque en definitva, es lo que somos.

1 comentario:

  1. Te agradezco que ayas escrito sobre este estado , que es muy difícil traducirlo en palabras ..

    muchas gracias

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