El Tao y el Vacío Creador

"Hay algo sin foma y perfecto
que existía antes de que el universo naciera
Es sereno. Vacío.
Solitario. Inmutable.
Infinito. Eternamente presente.
Es la madre del Universo.
A falta de un nombre mejor...
lo llamo Tao.

Fluye a través de todo,
dentro y fuera de todo,
y al origen de todo retorna.

El Tao es grande
El universo es grande.
La tierra es grande,
El hombre es grande.

El hombre sigue a la tierra.
La tierra sigue al universo.
El universo sigue al Tao.
El Tao se sigue a sí mismo."

Tao-Te-King, cap 25.

lunes, 28 de diciembre de 2009

La Iluminación y la Via directa. O la Vía Directa hacia la Iluminación.


Aprovecho el empuje de este inmenso caudal de energía creativa que atravieso, para poner sobre el papel ciertos items que considero de importancia en el camino-no camino hacia la iluminación. Uno de estos items es la iluminación misma y la única vía que no es una vía: La Vía Directa.
Hay dos formas de abordar este asunto. Una es desde el silencio, desde la maestría interna, donde no hay ninguna diferencia entre el que habla y lo que dice.
Otra es desde la ilusión de la separación, desde ese personaje que se cree separado de algo y que por lo consiguiente, ha de llegar a algún punto.
Esta es la forma que he elegido para este artículo.
Encuentro que últimamente puedo hablar o enfocar cualquier asunto desde estos dos puntos de vista. Desde el maestro, o desde el discípulo.
El maestro es siempre el maestro, el discípulo se convierte automáticamente en maestro cuando renuncia a su existencia separada e individual, es decir, a la separación entre él y el maestro.
Así que empezaré hablando de la Vía Directa en condición de discípulo, y conforme me acerque a mi verdadera naturaleza , la propia Vía hablara de Si Misma. De hecho, solo la Iluminación puede hablar de Si misma, solo Siendo la Vía se puede decir algo sobre la Vía.
Empezare hablando de mi propia experiencia.
Una de las cosas que he aprendido, tras años de dar vueltas y vueltas en círculo alrededor de ese misterio llamado yo mismo, es que la historia personal no le importa a nadie.
La historia personal es solo la mancha, la interpretación sobre la experiencia del presente, o la proyección de condicionamientos sin fin sobre la experiencia del presente, y es el presente, y solo tu presente, lo único que le importa a la gente, ya sea tu pareja, tus amigos, o tu jefe en el trabajo, y por encima de todo, es lo único que ha de importarte, porque el presente es lo único que tienes para ser quien realmente eres.

La historia personal es solo una apropiación de la experiencia que hay debajo de cualquier experiencia. Un robo. Este es el porque uno de los principios de la diksha dice que toda experiencia que se viva completamente se convierte en dicha.
Cuando vivimos una experiencia completamente, sin juicios, sin miedo, sin huir a ningún sitio, cuando nos entregamos completamente a lo que está sucediendo en nuestro campo de consciencia, la experiencia misma vuelve a su verdadera naturaleza, que no es sino la misma consciencia.
Esto no es ningún misterio, ningún milagro, ningún descubrimiento atómico, como dice Mooji, sino la consecuencia natural de abandonarnos a nuestra verdadera naturaleza.
Lo único que sucede es que la apropiación de la experiencia, cualquiera que sea, por parte del ego, es devuelta a la única protagonista de todo lo que sucede, que no es sino la consciencia.
La consciencia es fundamentalmente espacio vacío que se expresa a si mismo en infinidad de posibilidades y experiencias, sin limitarse a ninguna de ellas. Todas las cosas que suceden suceden dentro de la consciencia, suceden en ella y por ella, y por eso mismo, su naturaleza es consciencia.
También el pensamiento es consciencia, consciencia separada de si misma, pero consciencia. Cuando el pensamiento es dejado libre, cuando la atención no corre detrás de él, la consciencia se reconoce a si misma, y todo se convierte en silencio.
La experiencia fundamental de iluminación llega cuando el carácter personal de cualquier experiencia es trascendido en la pura experiencia impersonal, donde es imposible encontrar un yo que se atribuya ser la causa o el objeto de esa experiencia.
El único Sujeto Real que existe es la consciencia, y en ella, aquello que llamamos identidad, el organismo cuerpo-mente no es ya experimentado como un objeto interdependiente de otros objetos, sino como una expresión de la misma consciencia.
Es imposible intentar explicar lo que se siente cuando la identificación con el cuerpo-mente cae por si misma, y este es contemplado como una expresión mas de la consciencia.
La consciencia es lo que aporta identidad, o sentido de yoidad al organismo cuerpo-mente, y no al contrario. La consciencia es lo único que existe verdaderamente, y en ella no hay separación posible entre el experimentador, lo experimentado, y la experiencia. La trinidad ilusoria de la percepción: sujeto-percepcion-objeto se convierte en lo que es, Una Misma Cosa, y uno se descubre como una Identidad que incluye todos los fenómenos, pero que no puede ser observada, ni contemplada, ni vista.
Ese sustrato que permanece de fondo antes, mientras y después de cada experiencia es la consciencia que somos, la experiencia impersonal de no ser nadie, y por eso mismo, serlo todo en todas partes.
Casi todas las vías o prácticas que trabajan el camino hacia la iluminación tropiezan en la misma piedra fundamental: quieren abandonar la mente con la mente, quieren eliminar el ego con el mismo ego.
Quieren abandonar el sueño, olvidando que el soñador que quiere abandonar el sueño es parte de ese sueño. Por eso, la ilusión del ego se prolonga, cambiando de identificación, hacia formas mas sutiles y colectivas de auto-expresion como los sueños, el inconsciente colectivo, el sonido, la geometría sagrada, etc, pero no se delata asi mismo, no se libera.

En tanto no se descubra al ladrón de identidad, en tanto no se descubra al soñador soñado, la iluminación, que no es otra cosa que el estado natural del ser y de las cosas, sin intervención interpretativa de la mente, no puede mostrarse: esta ahí, como siempre ha estado y estará, pero no podemos experimentarla porque aun la buscamos como algo a alcanzar, como una sueño mas a través del cual , el soñador soñado puede prolongar su existencia ilusoria.
La Vía Directa no es una via hacia la iluminación, sino el reconocimiento fundamental y espontáneo, accesible en todo momento, de nuestra naturaleza original e incondicionada.
La Vía Directa es la vía del no hacer, del no esfuerzo, del no mérito, porque reconoce que la iluminación no es un estado a alcanzar con esfuerzo y méritos, sino el fruto de una rendición total e incondicional a lo que sucede y a lo que somos en cada momento.
Una rendición total e incondicional a la experiencia, sea de la índole que sea.
La Vía directa es la única vía en la que uno se sienta en la cuneta, y reconoce que no hay nada que alcanzar porque ese que quiere alcanzar algo es una ilusión desde el comienzo.
Este es punto clave de la Vía Directa, su enseñanza fundamental reside en el descubrimiento de la naturaleza onírica e ilusoria del ego, y en el reconocimiento de esa identidad que lo contempla.
La Vía Directa empieza con el reconocimiento de la ignorancia fundamental, que no es mas que el reconocimiento que brota de la pregunta quien soy yo, quien es el que piensa, el que hace, el que sueña...
Cuando uno no sabe que contestar, cuando no sabe quien es, y permanece en ese vacío sin huir de el, tarde o temprano, llega el segundo reconocimiento:
¿Quien es el que contempla la ilusión del sueño, quien es el que ve el sueño y al soñador soñado?
¿Quien es el que en verdad sueña?
Cuando el soñador soñado se descubre como lo que es, parte del sueño de la consciencia, la consciencia se revela a si misma, y misteriosamente despierta de su sueño.
Y aquí llega el tercer reconocimiento, el que otorga la liberación total:
No hay cualquier diferencia entre la consciencia que sueña y el sueño de la consciencia.
En el Advaita hindú mas clásico estas etapas del despertar vienen dadas por la siguiente fórmula:
El mundo es ilusión (descubrimiento del soñador soñado).
Sólo Brahman es Real (revelación parcial de la consciencia).
Brahman es el mundo (revelación completa de la consciencia).
Todas las tradiciones nos duales o advaita vadas, el dchogen, el zen, el taoismo, ciertas tarikas del sufismo, y del gnosticismo cristiano, etc... tienen su versión de este proceso-no proceso de descondicionamiento.
Todas son la Vía Directa, porque la Via Directa es el camino del reconocimiento, accesible tanto para el am@ de casa que esta fregando los platos, el empleado de telefónica, como para el monje zen, o el buscador espiritual que se ha pasado la vida dando vueltas y vueltas alrededor de la realidad, sin reconocerla.
Que dios que somos nos pille confesados si seguimos buscando después de esto!.

4 comentarios:

  1. Sabias, bellas y contundentes palabras, César.

    Que ese caudal de energia creativa no sea pasajero.

    Saludos

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  2. Hola Guillem, perdona la tardanza, y gracias por contestar.
    Es el primer comentario que me encuentro, y no estoy acostumbrado a responder, por lo general, y estoy bien asi, vivo sin público.
    Con respecto a tu comentario solo dos cosas:
    -La primera es que las palabras siempre tienen doble filo. Uno que mata y otro que da vida. En el mundo de los chamanes se cuida mucho la palabra, porque la palabra es poder, porque detras de ellas se va nuestra energía. Hay que medir siempre lo que se dice, como se dice, cuando se dice, etc...eso por no hablar del sonido, que es el que crea todas las formas del mundo, todos los patrones de energía.
    Lo importante de las palabras, mas que lo que creamos con ellas, es el vacio, el silencio que dejan detrás, la onda expansiva en la consciencia, si no de poco sirven. Hay un dicho taoista que lei en un libro de Mónica Cavallé donde decía que las palabras de los sabios solo eran la basura que dejaban tras de si...ni siquiera las huellas, porque el que camina en el vacío no deja rastro, como dide el tao, actua sin apropiarse de nada.
    -La segunda es que el impulso creador no depende de mi, sino tambien del vacío, si está en perfecta quietud, o quiere salir de si mismo. Yo prefiero la quietud, pero no depende de mi. Nada depende de mi. Por donde quiera que se coja, si hablamos desde la verdad que somos, no puede haber ningún protagonismo, o como me gusta decir, no hay nadie por ahí.
    Lo que espero de verdad es que siga sij haber nadie por ahi, aun delante de un público virtual o físico.
    Un saludo, y gracias otra vez.

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  3. Todo es adecuado.

    Saludos de nuevo y gracias a ti,también, por responder.

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  4. Si, maestro, esa es la cosa.
    Todo es adecuado.
    Nada que quitar ni añadir a nada.
    Ya nos contamos...

    Feliz año.

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